Raül Romeva, ayer en Palma. | miquel a. canellas

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Aterrizó este jueves en Palma y antes de presentar su libro el dirigente de Esquerra Raül Romeva visitó las tareas de exhumación de las víctimas del franquismo que se desarrollan en el cementerio de Manacor junto al presidente del partido en Balears, Mateu Matas ‘Xurí’. «Tiene que servir para explicar la historia que se ha robado a los más jóvenes, que es la herencia republicana que enterró la Guerra Civil y la dictadura franquista», apuntó antes de esta entrevista.

¿Qué es ‘Ubuntu’ y cómo se puede aplicar el concepto para transformar la sociedad?
— Es un concepto de origen sudafricano que anima a trascender nuestra consciencia individual para centrarnos en una conciencia colectiva. En términos republicanos se traduce en un sistema que garantice los derechos colectivos. No sólo los míos, sino los de todos. Y no sólo en Catalunya, sino en todo el mundo.

Su libro dibuja una Catalunya republicana e independiente. ¿Sería aplicable ese ’Ubuntu’ en Balears?
— En el caso de Balears es la propia sociedad la que tiene que decidir como quiere avanzar. En este caminar siempre nos encontrará a su lado porque las reivindicaciones republicanas son universales. Además, hay muchas coincidencias en lo que reivindican los gobiernos de Balears, Catalunya o el País Valencià. Están la financiación, la descentralización, la cultura o la lengua. Por eso el espacio compartido de los ‘Països Catalans’ es inevitable.

Habla de reivindicar el catalán. ¿Por qué está retrocediendo su uso?
— El problema del retroceso del catalán lo causa el Estado, no está en Balears sino en Madrid. No existe voluntad política para que se reconozca el carácter plurilingüístico del Estado español, que es un asunto que reconoce hasta la Constitución. Creo que un estado que no reconoce y defiende las lenguas que lo componen es un estado fallido.

¿No es receptivo al reconocimiento del catalán un gobierno que en Madrid necesita del apoyo de Esquerra?
— El Partido Socialista ha demostrado que no tiene determinación para defender nuestra lengua propia. No lo hace sin presión. Por eso tenemos que defender el catalán en la nueva ley del Audiovisual y en todos los ámbitos. Es la lengua perseguida y minorizada. Quién pretenda hacer creer que la lengua que está amenazada en Catalunya o en Balears es la española, está tergiversando la realidad sociolingüística.

¿En la política balear hay algo que le cause envidia?
— En Catalunya tenemos el reto de conseguir que, aunque existan diferencias entre los partidos políticos independentistas, tengamos la posibilidad de construir estrategias compartidas. Cuando lo hemos hecho hemos sido imbatibles. En Balears Més representa una fórmula que permite coordinar diferentes sensibilidades en un proyecto político compartido. Lo necesario no es la unidad, sino la importancia de coordinarse en la pluralidad.

¿Habría unidad para hacer un nuevo referéndum en Catalunya?
— Es lo que hace falta. Ejercer el derecho de autodeterminación a partir de un referéndum vinculante. No hay alternativa a eso. Costará más o menos pero terminará pasando. El referéndum del 1 de octubre de 2007 era necesario. Se hizo en contra de muchos poderes que querían impedirlo y puso las bases de un proceso irreversible. Es un camino lento y doloroso, algunos hemos sufrido la pérdida de la libertad, otros lo han pagado con el exilio. Pero la prisión me ha hecho ratificar lo que pienso, lo que defiendo y lo que creo que tenemos que hacer.