El antiguo centro penitenciario de Palma lleva veinte años sin uso, con un deterioro evidente. Durante dos décadas, las administraciones no han sido capaces de darle un provecho público. Parece que su destino es el de acoger a jóvenes estudiantes, mucho más sugestivo que su función original.  | Pere Bota

TW
24

Aunque era una opción que se comentaba desde hace ya tiempo, el rector de la UIB, Jaume Carot, confirmó este martes oficialmente que la nueva residencia de estudiantes de la Universitat se ubicará en la antigua prisión provincial, al final de la calle Alfons el Magnànim, en Palma. Como se recordará, el debate sobre la ubicación de la nueva residencia lleva años produciéndose y normalmente las alternativas planteadas eran casi siempre el propio campus universitario, junto a la residencia actual, o el centro de Palma, hasta que apareció la posibilidad de aprovechar la antigua prisión provincial.

Carot reconoció que para la elección definitiva de la prisión «ha sido determinante la disponibilidad de un espacio de 8.000 metros cuadrados frente a los 5.000 que podían utilizarse en el campus». El rector y la gerente de la UIB, Consuelo Hernández, explicaron que «la prisión es propiedad del Ajuntament de Palma, que cederá el solar a la Universitat, y el Govern se hará cargo de casi toda la inversión en la reforma y adecuación del edificio. Ya ha destinado 500.000 euros a la elaboración del anteproyecto, que nos proporcionará datos concretos sobre las plazas que se podrán habilitar y la inversión total para las obras. En cualquier caso, las antiguas viviendas de los funcionarios de la prisión serán derribadas y se mantendrá la estructura del edificio central por su interés arquitectónico». El rector se refirió a la futura residencia de estudiantes en el marco de la aprobación del presupuesto de la UIB para 2022 por parte del Consell de Govern de la institución y de su Consell Social. Son las primeras cuentas de la Universitat con Jaume Carot como rector y las primeras que no dependen de la Conselleria d'Educació.

El presupuesto de la UIB para 2022 asciende a 124,6 millones de euros, con un aumento del 8,9 %. Carot valoró «el esfuerzo del Govern en los últimos años en incrementar su aportación a la Universitat, que para 2022 es de 86,5 millones de euros, un 7,68 % más que en 2021, pero, en porcentaje respecto a los presupuestos autonómicos, seguimos a la cola de las comunidades que tienen una sola universidad pública, con un 1,35 %. Tampoco se cubre el capítulo de personal, pues se queda en el 95,3 %, y no se llega a la media estatal de inversión por estudiante, que supera los 6.000 euros. Nosotros nos quedamos en los 5.500. Reivindicamos que se cubra el capítulo de personal y se iguale la media estatal de inversión por estudiante. Sólo para cubrir el personal serían necesarios otros 4 millones de euros». El rector destacó que el Govern ha destinado «partidas adicionales para la compra de un anexo a la sede de Menorca, la puesta en marcha del nuevo espacio de investigación en el Parc Bit, el equipamiento del nuevo edificio interdepartamental, la dotación para las 30 nuevas plazas en Enfermería y la instalación de de placas solares, laboratorios y dependencias docentes».

El apunte

Farmacia y CAFD, en espera

Los nuevos grados de Farmacia y Ciencias de la Actividad Física y el Deporte (CAFD) no están previstos hasta el curso 2023-24, a falta de valoración de la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y la Acreditación. El grado de Bellas Artes en la Escuela Adema sí podría empezar el curso 2022-23.