Una sanitaria prepara una vacuna contra la COVID-19. | LUONG THAI LINH

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Pese a que prácticamente ya no quedan restricciones, la pandemia de la COVID-19 no ha llegado a su fin. En este sentido, la campaña de vacunación continúa y ya se está poniendo la cuarta dosis del suero protector. Sin embargo, esta cuarta dosis no se aplicará a toda la ciudadanía, sino que está limitada a unos colectivos muy concretos. Desde la Conselleria de Salut han precisado que en Baleares se está inyectando a las personas inmunodeprimidas, siguiendo la estrategia marcada por el Ministerio de Sanidad.

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En este sentido, la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) ha manifestado que es «demasiado pronto» para considerar la administración de una cuarta dosis de las vacunas de ARNm (Pfizer y Moderna) a la población general, aunque respalda su uso en adultos mayores de 80 años por el mayor riesgo de desarrollar COVID-19 grave. El Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades (ECDC) y la EMA entienden que no hay datos suficientes para recomendar la necesidad de la cuarta dosis, que en la práctica se considera la segunda dosis de refuerzo, puesto que las dos primeras inyecciones forman parte de la vacunación primaria. «Ambas agencias están de acuerdo en que se puede administrar un segundo refuerzo a adultos de 80 años o más, después de revisar los datos sobre el mayor riesgo de COVID-19 grave en este grupo de edad y la protección brindada por una cuarta dosis». No obstante, creen que ahora mismo «no hay pruebas claras» en la Unión Europea de que la protección contra los casos graves de coronavirus esté «disminuyendo sustancialmente en adultos con sistemas inmunitarios normales de 60 a 79 años» y, por lo tanto, no hay evidencias que «respalden el uso inmediato de una cuarta dosis».

El especialista en Salud Pública y Medicina Preventiva, Joan Carles March, ha considerado que tiene sentido planteárselo para mayores de 70 años, personas inmunodeprimidas o personas con trasplante. «Habría que valorar si añadimos al personal sanitario y de residencias. Por tanto, estamos hablando de población vulnerable, que son personas con inmunodeficiencia, con inmunodepresión severa o trasplantados, además de personas vulnerables que tienen una inmunodepresión». En este punto, ha añadido que «la realidad es que no hay evidencia de que haya bajado la protección con tres dosis. Aparte de que que poner una cuarta dosis en tan poco tiempo no sabemos qué efectos tendría, ya que la respuesta inmunitaria funciona durante mucho tiempo al menos para la COVID grave y la muerte. Las vacunas están funcionando bien y la memoria inmunitaria persiste». A su modo de ver, «lo ideal es que si hay que poner una nueva dosis, cambiemos de modelo de vacuna».