Juan Verde fue a vivir a Estados Unidos con 15 años de edad. | JORGE ZORRILLA

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Juan Verde (Telde, Gran Canaria, 1971), presidente de Advanced Leadership, participará en el eForum, que se celebrará los próximos 2 y 3 de junio en Fàbrica Ramis, de Inca, enmarcado en el evento eMallorca Experience Week 2022. Verde pronunciará la ponencia Sostenibilidad, economía circular y transición a un nuevo modelo económico.

¿Qué tratará en su ponencia?
—Expongo que la verdadera amenaza para la estabilidad económica es el cambio climático. La COVID ha puesto en riesgo los mercados y la estabilidad económica. La comunidad científica ya venía anunciando una posible pandemia hace 20 años. La comunidad científica advierte del cambio climático desde hace 45 años. Una segunda idea es la transición a un nuevo modelo económico de bajas emisiones. Las empresas tienen la oportunidad de apostar por la sostenibilidad, lo que conlleva apostar por la tecnología, la innovación, la rentabilidad y el negocio. El 92 % de los consumidores siempre va a preferir un servicio o producto responsable con el medio ambiente, con requisitos de sostenibilidad. La tercera idea es que la rentabilidad ya no es el único pilar del modelo económico. Hay otros dos pilares, que son las personas y el planeta.

¿Ya está suficientemente extendida esta nueva mentalidad empresarial?   
—Las empresas más competitivas y dinámicas ya tienen esa mentalidad. El resto fracasará.

¿Y los gobiernos? ¿También lo tienen tan claro?
—Sí, claro. La cuestión es si están actuando con la suficiente rapidez. La guerra de Ucrania es el último clavo que faltaba para quien no lo tenía suficientemente claro. El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, está realizando la mayor inversión de la historia del país en sostenibilidad. China, que funciona a su manera, al margen de la comunidad internacional, ya es el país que más invierte en renovables. En cualquier caso, ningún país está actuando a la velocidad que debería.

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Pasemos de la gran a la pequeña escala. ¿Cómo puede afrontar este reto un territorio insular y pequeño como Baleares?
—Baleares tiene muchas ventajas en este ámbito. Por tanto, tiene todo que ganar y mucho que perder si no afronta el reto. Las energías renovables tienen mucho sentido en los territorios insulares. Sale mucho más cara la dependencia exterior de los combustibles fósiles. Un territorio como Balears cuenta con fuentes ilimitadas de energía: solar, eólico y marina. Además, Balears ha apostado por un modelo de turismo de calidad. Este modelo no se entiende sin la vía de la sostenibilidad. Y el turista es cada vez más exigente en estas cuestiones. Soy canario y la isla de El Hierro ha conseguido ser autosuficiente al 100 % con energía verde: fotovoltaica y eólica, y aplicando la economía circular. Hace años, muchos decían que era imposible. Ha sido posible, se ha hecho y es un modelo extrapolable. Hace falta la valentía suficiente.

En cuanto a las empresas, sobre todo las pequeñas y medianas, ¿no va a ser muy exigente ese esfuerzo continuado por la innovación y la rentabilidad a través de la sostenibilidad? ¿Podrán soportarlo?
—Es el único camino. La competitividad empresarial sólo podrá conseguirse a través de la sostenibilidad y la innovación. Es más, ya no tiene sentido separar estos conceptos. Precisamente, las empresas pequeñas son más ágiles y rápidas para la adaptación. El barco pequeño tiene más facilidad para cambiar de rumbo. Si no, están condenadas a morir por no atender las exigencias del propio cliente. Es que la sostenibilidad es eso: escuchar a tu cliente. Y la apuesta por la innovación no significa necesariamente hacer grandes inversiones. También entran en juego la creatividad y el talento. Es una cuestión de supervivencia: o lo haces o dedícate a otra cosa.

Hay partidos políticos que niegan hasta el cambio climático.
—Sí, la ultraderecha española se muestra negacionista. No creo que la inmensa mayoría de sus votantes lo sea. Acabar con el negacionismo es una simple cuestión de tiempo, siempre que uno esté en su sano juicio, claro está.

Usted trabajó en la Administración Obama. ¿Cómo valora esa experiencia? ¿Notó precisamente lo que ha dicho antes, que los gobiernos no actúan con la velocidad necesaria?
—Fui a los Estados Unidos con 15 años y me siento tan norteamericano como español. Formar parte de la Administración Obama hacía que me levantara cada mañana con una sonrisa de oreja a oreja. Es verdad que la burocracia es un tanto frustrante, pero yo lo veía desde otro punto de vista. O te lo tomas con apatía y distanciamiento, o haces todo lo posible por aportar un positivo grano de arena. Me decanté por lo segundo.

Pero Trump puede volver.
—Sí, porque Biden está viviendo momentos difíciles en los que tiene que tomar decisiones duras, pero necesarias. Un retorno de Trump podría suponer un freno, pero no un cambio de rumbo. Ni Trump puede ir en contra de un 74 % de estadounidenses que considera que hay que hacer más contra el cambio climático.