En las últimas semanas hemos asistido a un cierto goteo de pateras, que este pasado miércoles se tornó de pronto en aluvión. El origen magrebí en todos los casos no enmascara la realidad ya tradicional de que la mayoría de pateras que llegan a Baleares o son interceptadas en la travesía parten de puertos argelinos. Así lo han reconocido los expertos en la materia y los testimonios de las personas que se juegan la vida en el mar lo acreditan. Precisamente Argelia anunció en esta misma jornada la ruptura de las relaciones comerciales y de amistad con España a través de la suspensión unilateral del acuerdo vigente en materia de cooperación y vecindad.
De este modo las autoridades de Argel han anunciado la suspensión «inmediata» de su marco de relaciones con España por el «giro injustificable» del gobierno de Pedro Sánchez sobre el Sáhara Occidental, en este caso apoyando la visión marroquí de la resolución del conflicto. Esto mismo argumentaron todos los grupos parlamentarios en el Congreso donde Sánchez se quedó solo con su nuevo enfoque sobre la solución más factible al conflicto saharaui, una vía que choca de plano con los planteamientos tanto del Frente Polisario como de Argelia. Así las cosas, la congelación del comercio exterior con España podría no ser la única consecuencia efectiva de la decisión de Sánchez de arropar a Rabat en un tema que permanece enquistado desde hace cincuenta años.
Este jueves el ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares, ha indicado que el Gobierno analiza las implicaciones prácticas que tienen las últimas decisiones anunciadas por Argelia, y que ofrecerán una respuesta «serena» pero «firme» en favor de los intereses españoles. La Comisión Europea les ha pedido sin tapujos que rectifiquen. Bien es cierto que la interacción a nivel comercial y de empresas con Argelia no es la que se mantiene con Marruecos, la economía pujante del norte de África, aunque hay quien teme que se acuda en esta guerra diplomática a otros mecanismos ya empleados en el pasado.
El canciller español asegura en público que el ejecutivo central desea mantener una relación constructiva con Argelia, pero en algunos ambientes se cuela ya una preocupación. ¿La ruptura del tratado de amistad por parte de Argelia con respecto a España incluye también que las oleadas de pateras se incrementarán de ahora en adelante? ¿Se utilizará la inmigración como una palanca de presión, como muchas voces autorizadas apuntan que hizo Marruecos con respecto a los saltos masivos a las vallas de Ceuta y Melilla para ganar el pulso del Sáhara? El tiempo lo dirá.
4 comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Ultima Hora
Llevan años llegando a chorros. De hecho, este año han llegado de momento muchas menos. Por ello, es ridículo relacionar las llegadas con el tratado de comercio.
Con los de las pateras es un problema..Argelia no acepta devoluciones y eso es lo minimo, ya veremos que pasa si nos cortan el gas...las jugadas de trilero de nuestro jefecito Sanchez
Autocar y directos a la frontera con Francia.
Si ya no hay buen rollo debieran repatriarse todos los ilegales conflictivos y menas que de allí han venido. No tiene sentido hacerse cargo de estos problemas si es negociado de Argelia.