Sin móvil no estará al tanto de lo que pase por Twitter o Facebook
— No entro ahí para nada; aborrezco las pantallas, que son un invento diabólico. Lo digital está acabando con el periodismo de papel.
Sus artículos también se difunden en el digital. Y hay quienes los comentan y elogian.
— Qué cosas más raras me cuenta. Pues si eso es verdad, es que hay gente rarísima. La verdad es que estoy totalmente alejado de ese mundo. A mí me gustan los periódicos de papel, sobre todo este.
¿Cómo llegó al diario?
— Vine a Mallorca para casarme con una mallorquina. Esperábamos un niño y me dije que necesitaba pelas. Debió ser en 1975 o así. Me presenté en el periódico y hable con don Pedro Serra, que me dijo que sí. Aún no me lo explico. Supongo que ahora las cosas ya no funcionan así, no sé. Y aquí sigo pues los sucesivos jefes me han seguido aceptando.
Combinó sus artículos con su trabajo en Mercapalma.
— Sí, hasta jubilarme mi trabajo era tomar nota de los precios para el organismo que luego pasaba los datos para elaborar el IPC [Índice de Precios al Consumo], había una delegación en Mercapalma. Lo sé todo sobre los precios del mercado. Diría que lo que más me gusta, aparte de los periódicos de papel, son los mercados y sus productos.
¿Por eso escribe una vez al año un artículo sobre las alcachofas?
— ¿Qué cada año escribo un artículo sobre las alcachofas? La verdad es que me gustan todas las hortalizas, que son una maravilla. La alcachofa es la reina de las hortalizas y luego viene la berenjena. ¿Y cada año escribo uno? No esperaba que alguien se fijara en eso. Intento no repetirme.
¿Cómo se consigue tema para un artículo casi a diario?
— ¡Qué pregunta!, a ver si consigo explicarlo. Si tienes un tema antes de ponerte a escribir, lo haces rápido. Pero no resulta interesante. Es mucho mejor no tenerlo claro y, es lo que hago yo, utilizar las manos para pensar. Yo pienso con las manos, con el bolígrafo, con el teclado, ahí empiezo a pensar... porque cuando interviene el cerebro, normalmente se estropea el párrafo porque saca manías, tonterías y caprichos y lo estropea todo. A veces me entero de lo que pienso al leerlo. De hecho, cuando dejo el teclado, me levanto y voy avanzado por el pasillo dejo de pensar. Es algo maravilloso. A ver, igual esto que acabo de decir no se entiende mucho porque estoy pensando con el cerebro y no con las manos. Me he liado un poco por pensar con la cabeza.
¿Recuerda su primer artículo?
— No, eso es imposible. Pero sí recuerdo la época. Era poco antes de las primeras elecciones democráticas [se celebraron en junio de 1977], cuando había decenas y decenas de partidos, la mayoría de izquierdas, que luego fueron desapareciendo. Era una columnas de las páginas de ‘Tribuna'; cada día escribía un articulista diferente. Como era un novel, aquellas primeras columnas estaban más pegadas a la actualidad, estaba obligado a escribir de la actualidad, ahora no tanto.
¿Por qué no escribe novelas?
— He escrito cuentos y relatos cortos. Ahora sólo quiero escribir párrafos. Para que una novela funcione tienes que conocer a gente muy desagradable, la de las editoriales. Prefiero leer a participar en ese mundo tan desagradable.
En España no tiene mucho éxito el relato corto
— No, eso es más de los americanos. En América, el relato corto y el cuento es más típico que un bisonte en una pradera. Y también en Francia y en Hispanoamérica. España ha sido más de curas, predicadores y de novelistas de novelas largas.
He leído crónicas parlamentarias suyas contando que no oía nada
— Puede ser. Mi gran orgullo es ser sordo, ha sido la bendición de mi vida. Si oyera estaría mucho más cabreado y molesto con todo y sería mucho más tonto. No oír [oye con audífono ] me ha proporcionado mucha felicidad.
¿Usted cree que la pandemia nos ha hecho mejores?
— No, qué va. Sólo ha hecho que empeoráramos. Bueno, ha habido una cosa positiva, el distanciamiento. Trajo esa maravilla normativa del distanciamiento, que es la clave de la civilización. Eso ya lo sabían nuestros tatarabuelos. Duró poco y ahora la gente vuelve a tener ganas de amontonarse.
¿No viajará en su mes de vacaciones en agosto?
— Tomo vacaciones pero no voy a ningún lado. No soporto los viajes ni los aeropuertos. Me quedaré aquí y no pensaré en nada... porque pienso con las manos y, al no moverlas ante el teclado, no pensaré.
6 comentarios
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Lo adoro!!! A veces sus párrafos son lo que hace la diferencia entre un buen día y un día corriente. Porque escribe lo mejor del día. Lo hecho de menos durante sus vacaciones y lo busco ansiosa a la vuelta. Lo único que encontré publicado suyo ha sido "El acomodador" en NHotels. Lamento no publique más relatos cortos y también que no haya nada suyo en la Red. Todos mis respetos al maestro y que no acaben nunca sus "Oraciones"
Una filosia molt interessant de vida... Llegir, no tenir el mòbil en les mans i no mirar pantalles continuament, saber estar sense fer res.... Virtuds no molt habituals avui en dia. I uns comentaris molt encertats.
Que pena que este hombre rechace tanto de la sociedad actual: lo digital no está acabando con la literatura...…¡Lo está traendo a millones de personas, y animando a millones más a escribir! También, imagino que más gente lea sus propios articulos en el internet que en papel... Imagina lo que podría escribir si viajará...
¡que gran personaje!
M'ha encantat s'entrevista. El seguiré llegint.
Ahora entiendo porqué es la columna que más me interesa del diario. Por su experiencia y por "escribir con las manos". Escribiendo sin el cerebro, dejando la intuición trabajar, es como se llega a obras interesantes. Muchísimas gracias por la entrevista y a Enrique Lázaro por seguir ofreciendo párrafos interesantes.