Lo cierto es que recurrir a otro país llega a tener un coste de entre 15.000 y 20.000 euros, además «la tramitación y los requisitos son más complejos», advierte. Si en 2012 se realizaron una treintena de adopciones de menores de otros países, el año pasado apenas se formalizaron dos. La tendencia ha sido de caída libre y, como factor decisivo, no está exento el hecho de que países como China o Rusia aprobaran criterios más restrictivos, hasta llegar incluso a suspender la tramitación con España.
También «hay menos países conveniados para la adopción pero en principio es una buena noticia, significa que allí protegen mejor a la infancia y que han abierto también procesos de internos», explica Fernández. En estos momentos hay familias con inicio de trámites para adoptar en Vietnam, India, Madagascar, Filipinas, Rumanía y, a través del Pasaje Verde, que es únicamente para menores con necesidades especiales, en China.
Dos programas
Sin embargo, la mayoría de familias solicitantes de un proceso adoptivo terminan optando por el programa nacional. Cada año el IMAS cierra entre 15 y 20 procesos de este tipo. Son los Consells Insulares quienes tienen las competencias en adopciones. En Mallorca se hace una sesión informativa cada mes. «Explicamos la documentación necesaria, los requisitos y a partir de ahí, se hace una formación a los interesados», relata. «Si el menor tiene menos de 2 años es probable que tarde más; el proceso es más corto si quieren adoptar a hermanos o si los niños son más mayores», añade.
El trámite continúa con la presentación de documentación, una valoración psicológica, visitas a domicilio y entrevistas a los futuros padres, hasta que se obtiene (en un periodo de seis meses) el certificado de idoneidad. Es entonces cuando, si se pretende hacer una adopción internacional hay que acudir a una Entidad Colaboradora de Adopción Internacional, (ECAI). Además, se envía toda la documentación al país de origen y se ofrece una formación continuada voluntaria.
Y si el interés es por un niño del territorio español, se prosigue con el IMAS, que dará de alta a los solicitantes en un banco de familias donde se mantendrán a la espera de una asignación. «El final de todo el procedimiento es judicial. Nosotros hacemos la fase administrativa pero lo tiene que autorizar un juzgado que es quien da la patria potestad a la familia y eso se hace en los países de origen», concluye María Ángeles Fernández.
5 comentarios
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Hace 50 años se adoptaban niños españoles procedentes de orfanatos. Hace unos 20 y pico se puso de moda traerlos de China, Rusia y Africa. Ultimamente, ni eso.: prefieren adoptar perritos... Vamos de mal en peor. Y no es una excusa valida decir que el coste de la vida es muy caro porque cuando el baby boom de los años 60 del siglo pasado el padre tenía que mantener con su sueldo a la madre y a los hijos. El estado no se hacía cargo de su manutención.
TurbomanEso está muy bien para países del primer mundo, como el nuestro, dónde, evidentemente, es mejor que un niño español de 3 años sea adoptado por una familia española que por una familia danesa por cuestiones de entorno pero, ¿de verdad crees que es mejor que un niño vietnamita pase años en un orfanato en su país en vez de tener una familia en España? Porque ese es el destino de la mayoría de niños en orfanatos de países del tercer mundo.
En el reportaje se debería hacer mención a algo muy importante. Años atrás la única opción era la adopción. Ahora hay muchos adelantos médicos. Se consiguen embarazos que antes eran impensables, de ciencia ficción. Aparte de la maternidad subrogada. Por lo que muchas mujeres han dejado de acudir a la adopción.
Lógico y deseable. El consenso generalizado es que los niños tienen que quedarse lo más cerca posible de su entorno familiar, con lo que la adopción internacional debería ser el ultimísimo recurso, y hacer todo lo posible para que no se cumplan las condiciones.
Obvio, cuesta un dineral.