Vista panorámica del Port de Palma, obra de Leo Braví. | Pere Bota

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El Moll Vell, es Jonquet, Dalt Vila y el Port dePalma se muestran ahora al público congelados en el tiempo. Ha sido un arduo trabajo de búsqueda en los archivos y los cajones, en sótanos y altillos. Pero ayer se pudo ver, por fin, el resultado de este rastreo de imágenes antiguas del puerto de Palma y otros puertos de interés general. Y todo para celebrar el 150 aniversario de la Autoritat Portuària de Balears (APB), que ofrece una recopilación de fotografías antiguas de Palma y otros puntos del Archipiélago.

Del 14 de octubre al 5 de enero, la sede institucional de la Autoritat Portuària de Balears (APB) acoge la exposición Ports d’un temps, llevada a cabo de forma conjunta por Fotos Antiguas de Mallorca (FAM) y la APB. Las imágenes han surgido del Archivo Histórico de la APB y de la recopilación fotográfica cedida por FAM, que está compuesta por cuatro fotógrafos protagonistas de este viaje al pasado: Bartolomé Reus Bordoy, Antonio Llodrá, Melchor Guardia y familia Sastre Palmer. El recorrido que propone la APB se cuenta a través del objetivo de los protagonistas de la época, que dejaron con sus instantáneas un legado de interés cultural y patrimonial, y que permite conocer las costumbres de la época.

Caja de zapatos

Así, del Archivo Melchor Guardia aparecen imágenes de pescadores en el Mollet o un marinero leyendo el periódico sobre un barca en la Palma de 1960. Un Jonquet congelado en 1915 puede contemplarse gracias a la conservación del Archivo Antonio Llodrà Gibert. El conocido barrio de pescadores muestra sus tradicionales molinos sa Garriguera, d’en Gelós y d’en Moll, este último derribado en 1975 por una tormenta. Antonio Llodrà, por su parte, era un aficionado a la fotografía que nació en 1894 y falleció en 1933. Es autor de imágenes cotidianas de Palma que están presentes en la exposición.

Nostalgia en el Port

De la familia Sastre Palmer surge una fotografía de dos niños, que hoy ya deben ser nonagenarios, en el Moll Vell fechada en 1930. El archivo de esta familia consta de 200 negativos, tanto de vidrio como acetato, con fotografías realizadas en los años 20 y 30 del siglo pasado. El archivo se guardó en una caja de zapatos en el sótano de la vivienda familiar y han sobrevivido a los hongos y la humedad para mostrarse ahora al palmesano del siglo XXI en esta exposición.