«Alguna vez pensé en acabar con todo. Estaba cansado de luchar cada día y decir que nunca más volvería a beber y a jugar, pero no habían pasado ni tres horas y ya estaba otra vez ahí: bebiendo y jugando», confiesa José Luis. Sus adicciones comenzaron cuando era muy jovencito, se inició en el mundo del alcohol y el juego con sólo 15 años. «Empecé a trabajar en verano y luego me iba a las discotecas; siempre me he relacionado con gente mayor y hacía lo que veía». En este punto, explica que «en aquella época no había alcohólicos, eran borrachos; y aunque estaba prohibido el juego por Franco, todo el mundo jugaba. Empecé a vivir una vida que no me correspondía; jugaba porque pensaba que iba a ganar».
Poco a poco, se fue convirtiendo en un adicto al alcohol y al juego. «Te vas enganchando sin darte cuenta, hasta que ves que te has gastado la mitad de la paga en un día. Tu carácter va cambiando, sólo piensas en beber y jugar. Cada día dices que lo vas a dejar, pero no es verdad», narra. Pese a todo ello, su vida transcurría con cierta normalidad, se casó, tuvo dos hijos y llegó a ser jefe de cocina en un prestigioso hotel. Sin embargo, reconoce que no fue un buen padre. «No era consciente de que tenía a mis hijos. Yo nunca estaba, me refugiaba en el trabajo para tener una excusa, ya que salía tarde y luego me podía ir a jugar y beber. Eran otras personas las que llevaban a mis hijos a Port Aventura y a la playa».
Tocó fondo
El alcohol y el juego se fueron apoderando de su vida. «Todo lo que hacía estaba supeditado al alcohol y al juego. Lo peor de este último no es lo que pierdes o lo que te cuesta, es que te priva de tu libertad». En el trabajo, cuando era jefe de cocina en un hotel importante, llegó a esconder botellas de vino entre las lechugas y de vez en cuando entraba «a pegar un trago». Con el tiempo tuvo que dejar el trabajo. «Yo estaba hundido, no podía trabajar, el físico no me respondía, me faltaba el aire. Me levantaba pensando en beber y jugar». José Luis reconoce que «había tocado fondo en todos los sentidos». Así, le embargaron el piso que tenía en propiedad. Posteriormente, tuvo que salir del que había alquilado porque no pagaba las mensualidades; de hecho, actualmente está haciendo frente a esas deudas. Terminó en una habitación de un piso compartido y recibiendo una ayuda del Ajuntament de Palma para poder sobrevivir. «Acabas derrotado, no reconoces que te has equivocado», añade.
Estuvo dos año sin beber, pero no hizo terapia y volvió a caer. El 1 de junio de 2016, su hija lo acompañó a la Unidad de Problemas Relacionados con el Alcohol (UPRA) del IB-Salut. «Allí estuve sólo una semana porque cuando llegué estaba en consumo bajo porque no tenía dinero para comprar alcohol y me desintoxicaron rápido». Posteriormente, le recomendaron que fuese a las Ovejas de Mica, una asociación para el tratamiento del alcoholismo. Cuando llegó, la secretaria le indicó que tenía que abonar una cuota mensual. «Yo le expliqué que no tenía dinero, que estaba recibiendo ayuda del Ajuntament. Entonces un señor alto dijo que trajese un certificado municipal porque de allí no se iba nadie que no pudiese pagar; era Mica Cañellas», fundador del citado colectivo de apoyo a los alcohólicos.
Un antes y un después
A partir de ese momento, comenzó un antes y un después en su vida. Salió con un compromiso de las Ovejas de Mica y, con mucho esfuerzo, logró superar la adición. Sin embargo, aún tenía que librar una batalla contra el juego. «Juagaba pero no bebía y me di cuenta de que eran dos adicciones diferentes». Entonces comenzó terapia en Juguesca, la asociación que ofrece tratamiento de la ludopatía. «En la terapia puedes hablar con personas que están como tú. Pese a que lleva cinco años y medio sin jugar, sigue acudiendo cada 15 días a terapia. A su modo de ver, «para salir de una adicción la base es la humildad, no olvidar nunca de dónde vienes».
En este punto, aconseja «cortar por lo sano. Es muy difícil salir y muy fácil volver. Lo que pierdes es tu tiempo, tu vida». José Luis ahora asegura que es feliz; como ejemplo, cuenta que recientemente ha estado una semana por centro Europa. Sus hijos lo han perdonado y sus nietos son su gran pasión. Uno de sus objetivos es que tengan un futuro mejor, lejos de los riesgos que representan el alcohol y, especialmente, el juego. En este sentido, se muestra preocupado por la facilidad con la que se puede acceder al juego a través de internet y reclama a las diferentes instituciones que hagan todo lo posible para evitar esta «mafia». Argumenta que el dinero que recaudan los gobiernos con el juego y el alcohol se tiene que destinar a curar adicciones, por lo que no sirve de nada.
Una historia con final feliz
La escritura también ha sido vital en su proceso de recuperación. «Llevaba siete meses en las Ovejas de Mica, tuvimos una terapia muy dura y cuando llegué a mi habituación no tenía tele ni móvil; estaba sólo y hacía frío. Entonces cogí un boli y me puse a escribir. Cuando me di cuanta eran las 7 de la mañana. Al día siguiente, cuando volví de la terapia, seguí escribiendo». El resultado fue un libro, con el que espera ayudar a otras personas que tienen los problemas que él padeció. Lo tituló 'De Albariño a ciudad tolerancia' porque «Albariño era la marca de vino que bebía cuando tenía dinero; cuando no, consumía tetrabriks». Ciudad tolerancia es el mundo que ha creado él, en el que habita ahora. «Por una vez en mi vida fui capaz de acabar algo. Podía haber llegado mucho más lejos como cocinero, no finalicé la educación de mis hijos; lo primero que concluí en mi vida fue mi libro. El punto final me dio fuerza para seguir adelante».
Pese a que su historia a terminado con final feliz, insiste: «Yo soy un enfermo». De hecho, este reconocimiento lo utiliza como una coraza para no volver a caer en las adicciones, que llegaron a arruinar su vida. «No me importa que sepan que soy alcohólico, es una coraza para mí, para no volver a caer. Algún día, la sociedad avanzará y permitirá que las caretas se caigan al suelo y veamos a seres humanos». Para concluir, confiesa: «Yo me he encontrado a un tío en el espejo de mi cuarto que es de puta madre y no lo conocía. Me llevo bien con la soledad porque me aguanta, yo antes me la bebía».
9 comentarios
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Pep MagranaVeo muchos negativos en tu comentario, y sabes por qué, pues porque muchos de los que opinan no saben lo que es el Alcoholismo. Solo un adicto puede entender o comprender el infierno, y lo difícil que es ya no dejarlo, esto es fácil, es el no recaer. Primero, Vd. va por el el buen camino; que es reconocerlo, luego aprenda a quererse a si mismo, así puede plantearse el rehabilitarse, y como bien dice el entrevistado, la función del UPRA, es indispensable. Les habla en este escrito, otro alcoholico pasivo desde hace 5 años. Ah y lo importante es Vd. el que se ha de mentalizar, después puede tener ayuda, bien sea de Las Ovejas de Mica, Alcohólicos Anónimos, Un Psiquiatra, Proyecte Home,... o como en mi caso, solo, aceptando mi problema y leyendo muchos libros sobre el tema y escritos por gente que sufre está enfermedad. En A.A. puede encontrar mucha biblioteca, aunque Vd. no acuda. Cuando esté preparado intetelo, sabiendo que siempre será un enfermero crónico. No quiero engañar a nadie, sólo entre un 5% y un 10%. lo consigue. Espero sea uno de ellos. Le saluda un alcohólico pasivo.
Una triste historia. La parte buena, que tiene talento en su trabajo. Me alegro de que haya podido sobrevivir a estos grandes problemas.
Grande jose yo trabaje con el es cierto lo que cuenta yo lo vivi trabajando con el un gran gran chef un abrazo amigo
Yo no puedo superar mi adiccion al carajillo de Amazonas. Y esto lo digo con el corazon en la mano
Enhorabuena. Un valiente…un heroe q salva lo mas importante: su propia vida
Es una Epidemia real... y mas después del covid... En todas partes del mundo por lo general el alcohol esta BIEN VISTO es un catalizador social... Pero centrandome un poco en España... basta ir por las calles del centro... blanquerna,escorchador, aragon, y ver la cantidad de gente que a las 10h00 de la mañana ya esta con una lata en la mano... Lo peor es que se consiente.. dando una imagen muy negativa de palma... y dando a ver y a entender que esto es una jungla... La prueba? la policia pasa de todo.. el otro dia aparecio un agente de servicio en mi tienda... casualidad habia gente con 1 litrona 1 2 latas en 1 banco... cuando se iba le digo al policia que al estar escasos 3 metros de mi tienda me pergudica el negocio y que no esta permitido beber alcohol en la via publica... pues... hablo con ellos y ahi se quedaron... eso si cuando se fue el policia fueron a por mas latas... ALUCINÉ EN COLORES.. NI SANCION NI MULTA NADA.... ni para eso ya la policia pasa de todo... el otro dia igual carril sentido unico en frente de un colegio BICICLETA EN CONTRA DIRECCION... pues pasó a 3 metros del policia y el policia NADA... le tuve que decir: OIGA Y ESTE? su respuesta fué SI SI.. YA LO HE VISTO... lo has visto y no haces nada??? asi estan las cosas señores.. PALMA CIUDAD SIN LEY
Es muy importante conocer esta historias, enhorabuena por la valentía de contarla. Su testimonio ayudará a que otras personas no caigan tan fácilmente, porque la publicidad del juego y del alcohol son negocios muy poderosos.
Mi màs sincera enhorabuena! Trabajè en una clìnica de adicciones y sè que superar una adicciòn ya es dificil, dos es toda una hazaña pero Vd. ha demostrado que "el que la sigue, la consigue". Siga por este camino aprovechando el tiempo. Comprarè su libro. Me quito el sombrero ante Vd.
Ánimos, siempre hay una segunda oportunidad para las personas que quieren mejorar.