Una formación política residual que se presentó a elecciones en Asturias y Castilla y León discute a una escisión de Podemos la posibilidad de usar su nombre. El choque entre el Puede (Partido Unionista Estado de España) y Sí se puede Calvià de momento se ha planteado en un desastroso recurso en un Juzgado de lo Contencioso de Palma y en el TSJIB.
El Puede es una formación inscrita en el Ministerio del Interior en 2007 y cuyos mejores resultados supusieron rascar poco más de 400 votos en Asturias. De hecho, la sede que consta en el registro oficial está en Avilés. No consta que se haya presentado nunca a unas municipales en Calvià, el único espacio en el que ha competido la formación con la que dice que choca su nombre. Tampoco parece existir una gran coincidencia ideológica entre una escisión de Podemos y una formación que hace gala de unionismo español, lo que le ubica en las antípodas ideológicas de la formación mallorquina.
Puede se presentó a las Generales de 2016 por Asturias y logró 300 votos. Una de sus últimas candidaturas fue a la Junta de Castilla y León este mismo año: 113 sufragios, la penúltima candidatura última por la cola. El recorrido de la demanda judicial ha sido también bastante breve. La presentaron ante un juzgado Contencioso de Palma. Este inadmitió la petición de forma taxativa: se habían equivocado de jurisdicción. Si existe un conflicto entre las denominaciones debía acudir a un juzgado de Primera Instancia. En Contencioso solo se decide sobre decisiones de la administración y aquí no había ninguna. Puede pensó que sí existía causa y presentó un recurso contra la inadmisión ante la Sala de lo Contencioso del Tribunal Superior de Justicia. La sentencia es sonrojante. Primero alude a que «vista la desorientación de la parte apelante» el auto original solo le informaba de a qué juzgados acudir.
El Tribunal Superior de Justicia continúa: «PUEDE, pese a la claridad de la decisión judicial, o no la entiende o no quiere entenderla, de modo que impugna aquí la decisión judicial de este orden jurisdiccional, y lo hace, ante todo, sin el más mínimo fundamento». De paso, le impone las costas del procedimiento judicial.
No es la primera vez que la formación entra en conflicto por el nombre. En el año 2016 ya presentó un recurso en la junta electoral de Oviedo contra Podemos que fue desestimada. Solo en esa circunscripción, la formación morada multiplicó por 1.500 los sufragios de los unionistas. A ver si la reclamación muestra su intención de arraigar en Balears.
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