TW
0
Un año más, como manda la tradición, el sábado miles de personas anaren a Matines, antes o después de la cena de Navidad, dado el amplio abanico de horarios en la agenda pastoral. Después de las restricciones impuestas por la COVID, que limitaron el aforo de los templos e incluso obligaron a cantar con la mascarilla puesta, al fin el ancestral Cant de la Sibil·la brilló con total normalidad en las Misas del Gallo. En Palma, más de sesenta parroquias e iglesias acogieron la celebración, en la que se entona un antiguo poema sobre el Juicio Final.
La misa del gallo en la Seu de Palma.

Han transcurrido ya doce años desde que la Unesco declarara el Cant de la Sibil·la como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad; en la Isla se canta desde la Conquista, y formaba parte del teatro litúrgico medieval en media Europa. Aunque ha sufrido ligeras variaciones con el paso del tiempo, en la escenificación se mantiene la esencia medieval del rito. Ataviadas con una túnica blanca o de color, con bordados en el cuello y el dobladillo, una capa, y un tocado a juego con la túnica, las sibil·las avanzan por los templos mientras portan una espada erguida frente al torso, con la que trazan una cruz en el aire al concluir la procesión.

Momentos antes de cantar la 'Sibil·la' en la iglesia de Sant Jaume.
Noticias relacionadas

En su horario tradicional y con sus bancos abarrotados, a las 23 horas Nadia Akaârir cantó en la Seu con interludios de órgano y la Capella de la Seu, en una celebración presidida por el obispo de Mallorca, Sebastià Taltavull. «Aunque empecé con el Cant de la Sibil·la cuando tenía solo 15 años, esta ocasión es muy especial: es la primera vez que la cante en la Seu, un templo precioso y con mucha historia. Un honor. Hay algo que no ha cambiado en estos años, la inquietud por el significado y el texto del canto, y la emoción que supone», declaró Akaârir en el último ensayo antes de la celebración. Se trata de la primera persona del Cor de la Seu que canta la Sibil·la en la basílica.

'Matines' en la iglesia de Sant Francesc de Paula.
Esta fue la matina más tardía ya que muchos templos las programaron previas a la cena. En Sant Jaume, ataviada con el traje tradicional de la iglesia, estrenado en 1953, a las 19 horas Maria Àngels Ferrer cantó acompañada por la organista Leonor Vich. En Santa Eulalia, a las 20 horas y acompañada por el organista Bartomeu Veny, fue la soprano Cristina Marí quien encarnó a la Sibil·la. En Sant Francesc la cantó la joven Inés Ferrer.