La empresa alemana se decanta por edificios industriales «con historia detrás» para rehabilitarlos y darles otro uso. | ARCHIVO UH

TW
17

La antigua embotelladora de Coca Cola está de obras y se prevé que esté lista a mediados del año    2024. Su nuevo destino será un museo y centro de exposición y comercial de vehículos clásicos y deportivos. La empresa germana Motorworld inició los trabajos en octubre del año pasado, tras adquirir este inmueble en 2017.

La vieja fábrica de Coca Cola se prepara para albergar coches de colección. Mathias J. Buttkus, gerente de Motorworld Mallorca, advierte de que «ya se ha acabado la primera fase, la del derribo. Se han desmontado las fachadas pero la estructura interna se mantiene. A partir de ahora iniciamos las obras de la estructura y cimentación hasta el verano. La nueva fachada y la cubierta llegarán en otoño». Quizás lo más llamativo sean sus garajes de cristal, «boxes que podrán alquilar coleccionistas y a los que tendrán acceso las 24 horas del día, los 365 días del año. Funcionan como un tetris, con un ascensor que va moviendo los vehículos».

Además, ofrecerá también espacios para convenciones y eventos destinados al sector del turismo de reuniones, incentivos, conferencias y exposiciones. Para ello contará con «espacios modulares para albergar reuniones desde seis personas hasta 1.000». La instalación «tiene una superficie bruta alquilable de 11.000 metros cuadrados con posibilidad de ampliación en un futuro. Tendrá entre 200 y 300 plazas de aparcamiento y contará con recarga de vehículos eléctricos. Toda la cubierta del edificio estará repleta de placas fotovoltaicas para alcanzar el máximo autoconsumo de energía», añade Buttkus.

Motorworld Mallorca se plantea acoger «eventos multitudinarios. La ubicación es perfecta ya que no molestamos a nadie, no está en una zona urbana, mientras que se valora su cercanía al aeropuerto». La firma alemana Motorworld cuenta con otros centros en Alemania y a medio y largo plazo se expandirá a Madrid, Barcelona o Málaga. La empresa se decanta por edificios industriales para desarrollar sus proyectos, «preferiblemente históricos», para llevar a cabo centros relacionados con la movilidad.

«Cada centro de Motorworld se adapta a su destino. En el caso de Palma, mantenemos la estructura de la embotelladora, la restauramos y queremos realzar su patrimonio industrial», explica el gerente de la compañía. La antigua fábrica de Coca Cola se convertirá en menos de dos años en un centro comercial con acceso a todo el mundo. «No habrá que pagar entrada. Allí podrán encontrar coches clásicos pero también deportivos, talleres, restaurantes temáticos, habrá espacios para la compraventa de vehículos o asesorías sobre el mundo de la movilidad», dice Buttkus. La idea –confirma el gerente– es congregar también a «tasadores de vehículos o ingenieros del mundo del motor, así como a empresas que buscan coches y motos clásicas».