Ignacio García-Moris en la sede del Col·legi.

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Defiende una mayor presencia de la figura del dentista en la sanidad pública, sobre todo en los que se refiere a pacientes con necesidades especiales como son los diagnosticados de cáncer. Ignacio García-Moris es el presidente del Col·legi Oficial de Dentistas de Balears.

¿Qué tiene que ver el cáncer con la dentadura?
—Hablamos de tumores que afectan a cabeza y cuello aunque también los hay generales. En estos casos, cuando el paciente recibe radioterapia o quimioterapia hay que revisar antes la boca porque después, debe pasar al menos un año tras estos tratamientos para poder actuar. Por otra parte estos tratamientos pueden tener efectos secundarios bastante graves.

¿Cuál es su propuesta?
—Para los pacientes oncológicos existe un comité de tumores que decide su tratamiento donde debería estar el dentista porque antes de empezarlo es necesario hacer una revisión bucodental. Lo primero que se debe hacer al planificar a una paciente oncológico, sobre todo afectado en cabeza o cuello, es una revisión porque hay casos que al cabo de un año tienen la boca fatal y si no está bien de inicio puede terminar grave. Hay una ley de salud bucodental que tenía que contemplar todo esto pero no acaba de arrancar.

Pero sí habrá especialistas maxilofaciales...
—Sí. Antiguamente los maxilofaciales o dentistas eran médicos especializados en estomatología hasta finales de los años 80 en que creó odontología. Maxilo sabe mucho de tumores pero no estudia los dientes, ni la patología dental o bucal, nosotros deberíamos estar también en los comités de tumores del hospital. Es un error que se puede evitar.


¿Hay dentistas en los hospitales?
—La odontología no existe a nivel hospitalario, solo en Primaria. No es necesario crear un servicio, pero hay que tener a uno de referencia para hacer diagnósticos antes de iniciar un tratamiento. Y el paciente no tiene por qué ir después al dentista del hospital puede ir al suyo privado pero hay que darle esa información, queremos ver el problema antes de que se produzca. Lo que sí existe actualmente es un servicio para pacientes especiales, que está ubicado en el Hospital General y que, una vez a la semana, va a quirófano a Son Espases.

Ahora se ha puesto en marcha la atención bucodental gratuita para pacientes oncológicos.
—El programa se está desplegando y también incluye a las personas con diversidad funcional. Está bien el nuevo servicio pero hay que actuar antes para prevenir y porque meterlos en un quirófano no baja de mil euros. Al dentista no le están valorando, en general, como se debería dentro de la sanidad pública porque es fundamental en muchas patologías y no se le tiene en cuenta.

¿Pero a este tipo de pacientes ni siquiera se les habla de la importancia de cuidar la boca?
—Es una pata coja. Al dentista siempre se le ha visto como al que empasta las caries y, aunque la mayoría trabajan en el ámbito privado, hay que tener una visión más global. Es una parte muy importante de la salud del paciente y la mitad de ellos solo va cuando le pasa algo, esta mentalidad hay que cambiarla. La salud bucodental no es nada secundario, hay muchas patologías que empiezan a nivel bucal, el alzheimer, por ejemplo, podría venir por problemas en las encías.