El sospechoso antes de ser trasladado a Madrid. | P.N.

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La Brigada de Información de la Policía Nacional está investigando si Rachid, el yihadista arrestado este jueves en Campos, tenía algún contacto en Mallorca y por ese motivo eligió la Isla. De las pesquisas realizadas hasta la fecha no se desprende, sin embargo, que hubiera recibido aquí ningún tipo de apoyo. El detenido había radicalizado de forma alarmante su mensaje en las redes sociales y ya incitaba abiertamente a sus cientos de seguidores a cometer un atentado contra los policías españoles. Ese motivo, y el hecho de que siempre fuera armado, precipitaron su arresto.

La ‘operación Kadim' se inició el pasado mes de septiembre, cuando la Comisaría General de Información (CGI) de la Policía Nacional detectó un perfil exaltado que era muy activo en determinados foros de internet. Luego, averiguaron que en realidad el mismo usuario había creado perfiles distintos para multiplicar su mensaje y llegar a más seguidores. El hombre, nacido en España pero de origen marroquí, difundía mensajes de odio y amenazantes contra policías, funcionarios, políticos y militares, y se autodefinía como «yihadista, muyahidin y sicario de Alá».

El problema con el que se encontraron los investigadores es que se trataba de un sospechoso sin arraigo en ninguna ciudad en concreto, y que se movía continuamente por la geografía nacional. Desde su dispositivo electrónico móvil, allá donde estuviera, se conectaba a los foros y continuaba con sus proclamas extremistas. A principios de este año, la Policía Nacional descubrió que había viajado a Egipto, y se dispararon todas las alarmas ante la posibilidad de que hubiera contactado con organizaciones islámicas y hubiera recibido entrenamiento para atentar.

Arrestado en la frontera

Al poco tiempo, Rachid fue arrestado en la frontera de aquel país con Sudán, cuando pretendía entrar clandestinamente en el otro territorio en guerra. Las autoridades egipcias lo devolvieron a España, mediante una expulsión exprés, y el sospechoso, ya de vuelta en nuestro país, siguió compartiendo propaganda del DAESH. Su extremismo fue en aumento y los especialistas de la Brigada de Información estrecharon el cerco sobre él.

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En las últimas semanas, radicalizó sus comentarios y llegó a incitar, de manera directa, a cometer un atentado contra policías españoles. El Juzgado Central de Instrucción número 2 autorizó su detención y los agentes confirmaron que Rachid seguía con su fiebre itinerante y tenía previsto un viaje a Mallorca. Al parecer, llegó a la Isla en barco y se dirigió a Campos, posiblemente porque le habían comentado que había una importante comunidad musulmana y alguien podía ayudarle a empezar de cero. Llamó por teléfono a una conocida constructora y pidió trabajo «para poder comer». También contó que no tenía donde pasar la noche y el dueño de la empresa permitió que durmiera en la cochera, de forma provisional hasta que empezara a trabajar y pudiera costearse un alojamiento.

Gruísta

El desconocido mostró un carnet de gruísta y aseguró que estaba capacitado para mover maquinaria pesada de construcción. Los investigadores están tratando de aclarar si se trataba de un engaño y había falsificado la documentación o, en realidad, sí tenía experiencia en el sector de la construcción.
El yihadista solo llevaba consigo una maleta de color rojo, de unos diez kilos de peso, y al día siguiente, jueves, se cambió de ropa y se puso una chilaba. No tuvo tiempo para mucho más porque en el exterior de la Avenida Jaume II de Campos comenzaron a llegar vehículos policiales camuflados y tomaron la zona.

En las entradas y salidas del municipio se colocaron patrullas armadas y en cuestión de segundos se consumó la ‘operación Kadim'. Rachid no pudo ofrecer resistencia porque los agentes no le dieron opción. Fue reducido y le colocaron una capucha sobre la cabeza, para que no viera la identidad de los policías ni las características de la comisaría de Manacor, donde fue trasladado. Se negó a declarar ante los interrogadores.

Este viernes lo trasladaron hasta el aeropuerto palmesano, custodiado por agentes y también con el rostro tapado, y un helicóptero de la Policía lo evacuó hasta Madrid. En la Audiencia Nacional le comunicaron su ingreso en prisión por dos delitos: adoctrinamiento y amenazas terroristas. El yihadista se mostró en todo momento frío. Como si la cosa no fuera con él.

El apunte

Siempre iba con una navaja y un dispositivo móvil encima

Un dato que inquietaba sobremanera a los investigadores es que el yihadista detenido siempre iba armado con una navaja. Los agentes temían que, debido a su proceso de radicalización de las últimas semanas, decidiera actuar como un «lobo solitario» y apuñalar indiscriminadamente por la calle a peatones o policías. De hecho, cuando fue arrestado, le intervinieron la citada arma blanca. Rachid tampoco se separaba nunca de su dispositivo móvil, desde el que lanzaba proclamas yihadistas en las redes sociales.

Punto de vista
Germà Ventayol

Muy de cerca

Germà Ventayol

La acertada dotación de medios ha permitido la neutralización de Rachid, el que podría ser el embrión de un célula yihadista en Mallorca. En apenas unas horas, la Policía Nacional activó la ‘operación Kadim’ para detener al presunto terrorista; un éxito del que nos debemos congratular todos. Produce escalofríos sólo pensar las consecuencias de una acción terrorista en las Islas como la de Susa (Túnez) en 2015. De esta no se levanta la cabeza en décadas. La policía española trata de pisar los talones a los yihadistas, esperemos que no se cometan errores; la tarea no tiene visos de acabar.