Mallorca, años 70 y las playas y los hoteles llenos de turistas. En el escalón más bajo, las camareras de piso, aquellas señaladas por ser «las limpiadoras», sin horarios establecidos, sin ropa adecuada para trabajar, sin habitaciones en condiciones para dormir. Este es el inicio de cómo se forjó una lucha que sigue hasta nuestros días y que ilustra el cómic Las Kellys, col·lectiu en lluita pels drets de les dones, un encargo del Consell de Mallorca a la artista y guionista Laura Marte y a la dibujante Blanca Jaume para homenajear a un colectivo que no ha tirado la toalla por mejorar su situación laboral. En este relato, que ya sitúa al lector en las primeras páginas, se menciona las primeras reivindicaciones de las trabajadoras desde las vivencias de Maria Bonnín, mallorquina de 79 años, que formaba parte del sindicato CCOO con otras compañeras y Antònia Andani. Las primeras se reunían de forma clandestina en el Castillo de Bellver, pues en la dictadura era impensable que hubiese estos grupos sindicalistas.
En 1973, tuvo lugar en Mallorca la primera huelga organizada por mujeres del sector hostelero. Lo que hacían era bajar su rendimiento durante sus jornadas laborales. A Maria Bonnín la echaron por considerarla la instigadora de dicha huelga que duró 40 días y supuso para el hotel donde trabajaba pérdidas de hasta dos millones de pesetas (12.000 euros). Maria tuvo que cambiar de oficio, se formó en auxiliar de enfermería, pero su corto periodo como camarera de piso le sirvió para abrir un camino de protestas de la mano de otras compañeras. «Este cómic muestra sobre todo el nacimiento de los sectores al servicio del turismo», dice, pero sin duda no cree que ser camarera de piso, en sus tiempos, fuera peor que ahora: «Limpiábamos una media de 15 habitaciones, pero ahora hay mujeres que se encargan de 25 y con mucha presión porque no llegan». Asimismo, considera que la lucha va por buen camino: «Ya era hora de que se las reconociera y mejoraran sus condiciones». Maria formó parte de las negociaciones con el Govern para sacar adelante el nuevo convenio de hostelería. «Que pusieran camas elevables era una petición, como también pedimos que se retiraran las bañeras. Yo, en mis tiempos, veía camareras embarazadas enfilándose ahí para limpiarlas; suponían un peligro», recuerda.
Tanto la ilustradora Blanca Juame como Laura Marte pensaron en ilustrar la obra con viñetas y dibujos, contando con las vivencias de las camareras de piso de Mallorca.
Las historias de Maria, Antonia o más tarde la de Sara García reflejan una realidad que, a pesar del tiempo, siguen sufriendo y no mejora del todo. Laura Marte, artista y guionista de este cómic, asegura que «allí donde voy conozco asociaciones de las Kelly. He trabajado mucho con ellas en otros proyectos. El objetivo era contar su batalla y sus acciones hasta ahora a través del dibujo». Marte acumula una buena carpeta de iniciativas artísticas destacando a las camareras de piso como ejemplo de resiliencia. Tanto esta artista como la dibujante Blanca Jaume presentaron este viernes la obra en el CaixaFòrum, un acto que contó con la presencia de la presidenta del Consell de Mallorca, Catalina Cladera, y otras autoridades insulares y municipales.
Para exigir hay que trabajar, cosa que esta gente no hace!
No podemos equiparar su trabajo de unos cuantos meses al año con otro de la misma categoría laboral y con personas que TRABAJAN TODO EL AÑO!!
YA ESTA BIEN! Si quieren exigir que trabajen, pero lo único que quieren es trabajar menos horas pero cobrando más. Es decir menos horas y más sueldo. Ya de paso que no vayan a trabajar y el jefe se ponga a trabajar y que les pague si sueldo estando en casa!
O sea que el Consell de Mallorca no solo subvenciona sino que encarga un cómic en el que por la imagen que se ve en la noticia hay un hotel que se llama Hotel Infierno y los dueños en el ático brindando por el éxito económico y las camareras de piso sufriendo en las habitaciones. Esta es la visión que tiene el Consell, parece. Pues bien, yo les doy una idea que no se van a atrever: encarguen un comic igual referido a las limpiadoras que limpian en domicilios particulares. en negro. Es decir, en la mayoría de domicilios de la isla. Y hagan aparecer a los propietarios como "malos", que no aseguran, ni pagan vacaciones, ni dan licencias, ni hacen contrato, que pagan poco y encargan trabajos sacrificados. Es decir un colectivo que tiene peores condiciones que las Kellys de los hoteles, pero que no dan tantos votos. Y unos empleadores que no puede criticarlos demasiado porque numéricamente son muchos más que los hoteleros y no pueden tenerlos a todos de enemigos.
A estas señoras se les pone camas automáticas para q no les duela las espaldas. Pero nadie se queja de los hombres q cargan bolsas de cemento. Igualdad creo q le dicen.
8 comentarios
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Cuánta demagogia y victimismo .... electoralismo puro
¿para cuando un comic sobre los agricultores , los paletas , los pescadores ,los pintores de brocha gorda ,los picapedreros ,etc?
Para exigir hay que trabajar, cosa que esta gente no hace! No podemos equiparar su trabajo de unos cuantos meses al año con otro de la misma categoría laboral y con personas que TRABAJAN TODO EL AÑO!! YA ESTA BIEN! Si quieren exigir que trabajen, pero lo único que quieren es trabajar menos horas pero cobrando más. Es decir menos horas y más sueldo. Ya de paso que no vayan a trabajar y el jefe se ponga a trabajar y que les pague si sueldo estando en casa!
O sea que el Consell de Mallorca no solo subvenciona sino que encarga un cómic en el que por la imagen que se ve en la noticia hay un hotel que se llama Hotel Infierno y los dueños en el ático brindando por el éxito económico y las camareras de piso sufriendo en las habitaciones. Esta es la visión que tiene el Consell, parece. Pues bien, yo les doy una idea que no se van a atrever: encarguen un comic igual referido a las limpiadoras que limpian en domicilios particulares. en negro. Es decir, en la mayoría de domicilios de la isla. Y hagan aparecer a los propietarios como "malos", que no aseguran, ni pagan vacaciones, ni dan licencias, ni hacen contrato, que pagan poco y encargan trabajos sacrificados. Es decir un colectivo que tiene peores condiciones que las Kellys de los hoteles, pero que no dan tantos votos. Y unos empleadores que no puede criticarlos demasiado porque numéricamente son muchos más que los hoteleros y no pueden tenerlos a todos de enemigos.
Si se posen en vaga dia 1 de juliol, podran demanar el que vulguin. Hem d'apostar per la qualitat del turisme i per menys quantitat
En los años 70 todos los trabajadores éramos explotados (bajo los estándares actuales) y no había horarios, basta ya de tanta demagogia barata.
A estas señoras se les pone camas automáticas para q no les duela las espaldas. Pero nadie se queja de los hombres q cargan bolsas de cemento. Igualdad creo q le dicen.
Ahora no es mucho mejor q en en los años 70, siguen siendo explotadas.