El expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero este lunes en Palma.

TW
36

José Luis Rodríguez Zapatero ha despejado este lunes cualquier tipo de pesimismo durante la conferencia que ha impartido en el Hotel Valparaíso de Palma. «España es uno de los mejores países para vivir en el mundo, aunque este sea un hecho que depende más de otros muchos factores que de nosotros», ha defendido. El socialista ha reivindicado la defensa de los derechos sociales alcanzados en España, afirmando que «somos uno de los países más avanzados, una potencia mundial que exporta derechos».

Ante la visión apocalíptica que algunos sectores tratan de imponer en el discurso político, Zapatero no ha cesado en poner ejemplos positivos para desmentir esta lectura. Las condiciones económicas son muy favorables pese a que siempre haya grandes interrogantes. «España ha salido muy bien de la pandemia, y que haya más empleo hoy que antes del virus me parece sobresaliente. No podemos decir otra cosa. No reconocerlo es un desafío a la objetividad, y la democracia se funda en estos parámetros», ha afirmado. En este sentido, ha defendido la gestión del Gobierno de coalición por la reforma laboral y por haber subido el salario mínimo interprofesional a un cifra «récord» de 1.080 euros. Ha señalado, además, el hecho de que «nadie se acuerde» de la Seguridad Social porque «funciona muy bien». «Atiende a millones de españoles y casi no hay reclamaciones», ha sostenido.

El socialista también ha dicho que, pese a que España es un país «absolutamente dependiente» a nivel energético, «se está afrontando un gran impulso con las renovables». Sobre esto, el expresidente ha dicho que en un país democrático quien de verdad ostenta el poder es el gobierno, y ha asegurado que «los miembros del Ibex35, cuando llegan a Moncloa, se cuadran». «Es impensable que condicionen al Ejecutivo», ha llegado a decir, aunque no ha negado que algunas empresas tengan mucha influencia. «España es el país del mundo donde la administración electoral funciona mejor porque es rápida y no se pone en duda; las recesiones democráticas empiezan con este cuestionamiento, como en EEUU, y nos debe preocupar», ha advertido.

Sobre la crisis de acceso a una vivienda, Zapatero sí que ha admitido que no se han hecho buenas políticas públicas por no disponer de buenos datos. «Somos una democracia de propietarios y esto tiene un parte buena, porque estabiliza, pero es un hecho económico que choca con el derecho a la vivienda», opinado.

El expresidente también ha condenado la guerra en Ucrania, aunque defiende que Rusia es y siempre será Europa, y que esta relación se tendrá que replantear. Además, ha reclamado dejar de competir contra China y apuesta por reforzar el multilateralismo y el diálogo. Zapatero no se ha olvidado del debate «incómodo, pero realista», de la inmigración. «La Europa rica y envejecida no va a poder mantener sus niveles de vida si no tiene una mirada distinta a la inmigración. Hay una tendencia, después de la crisis de 2008, la pandemia y ahora con la guerra, a la desglobalización, y me preocuparía que se diera una reacción de ‘vamos a ir nosotros solos' y de preocuparnos más de la Europa europea», ha comentado. Asimismo, ha destacado la importancia de «no perder la humildad» y recordó que fue en Europa donde se produjeron «las dos ideologías totalitarias que más daño han hecho: el fascismo y el comunismo totalitario».

Perspectivas electorales

Antes de la conferencia, el expresidente ha atendido a los medios y se ha mostrado convencido de que la izquierda «va a salir bien» de las elecciones municipales y autonómicas porque la gestión social y económica está siendo «razonable» y porque la derecha «ofrece una alternativa muy poco atractiva». El socialista ha afirmado que está «profundamente» convencido de que Pedro Sánchez y Francina Armengol volverán a gobernar.

Zapatero ha expresado que en la izquierda «se comparten los verdaderos valores», frente a las posiciones de Vox y del PP, «donde hay mucho más divorcio e inconsistencia». «Lo acabamos de ver en la moción de censura; queda de manifiesto que hay un gobierno con balance y que, por otro lado, hay un lío monumental de proyecto desde el punto de vista de los grandes anclajes políticos e ideológicos», ha concluido.