Serra y Nigorra explica que «el libro arranca con la aprobación de la Llei d'Espais Naturals (LEN), en 1991, que fue pionera en el Mediterráneo y vino precedida de un conjunto de reivindicaciones y estudios, y de un movimiento asociativo cada vez mayor. Por entonces, las campañas de protección se activaban espacio natural por espacio natural. Parecía que con la LEN toda la política de protección territorial quedaba muy clara, y que, en todo caso, sólo podía ser ampliada. Sin embargo, vimos cómo el Govern de Jaume Matas la recortó».
Con el paso de las décadas, podría deducirse que las campañas por la preservación de espacios individuales quedaron atrás y que actualmente, con la emergencia climática, son más globales y transversales. Serra y Nigorra están de acuerdo en que «el enfoque es ahora más global, pero siguen surgiendo proyectos urbanísticos como champiñones y uno se pregunta cómo es posible que las planificaciones no los tengan previstos. Luego vienen las prisas por proteger esos espacios. Todavía hay deficiencias y falta de coordinación entre instituciones. Podemos recordar los casos de Petit Deià o es Grau, en Escorca. Por ello, como en los años 80, hay que estar vigilantes con la protección ante posibles promociones urbanísticas en espacios naturales. Ante un promotor urbanísitico, no vale que le expliques el cambio climático. Tienes que ponerle sobre la mesa la ley que impide su iniciativa».
Así, los dos historiadores destacan que «la defensa del medio natural es una cuestión del día a día, con información, estudios y movilización constante. No se puede bajar la guardia». Sebastià Serra y Paula Nigorra valoran muy positivamente la iniciativa legislativa popular para la Llei de Benestar per a les Generacions Presents i Futures de les Illes Balears, «pues es absolutamente pionera. Que se haya puesto en marcha en Balears es muy significativo. Su cumplimiento implica la reflexión de los gobernantes y que el movimiento asociativo siga vigente».
No faltan las referencias al papel protagonista del GOB en Mallorca: «Se han dado dos fuerzas simultáneas. Una fuerza social que empuja al GOB y una fuerza del GOB para sensibilizar a la sociedad. El resultado ha sido una capacidad de movilización de larga duración». Sobre el paréntesis abierto por Terraferida en su actividad, Serra comenta que «es una lástima porque su labor ha sido muy importante. Su actividad es diferente a la de una organización social, pues se ha dedicado a la investigación y el estudio riguroso de la realidad urbanística y turística, pero creo que sus miembros continuarán en esta línea, tal vez a otro ritmo o colaborando con otras entidades».
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