Los antiguos alumnos de Montesión homenajearon este viernes a dos de sus compañeros, juristas irrepetibles a título póstumo. Rafael Perera Mezquida y Raimundo Clar Garau fueron reconocidos como socios de honor, en un acto en el que ambos estuvieron representados por sus hijos, Salvador Perera y Delia Clar.
El presidente de la Asociación de Antiguos Alumnos, César García Rullán, fue el encargado del reconocimiento. Destacó la trayectoria personal de ambos, «darían para unas memorias compuestas por varios volúmenes». Rafael Perera, abogado, magistrado del TSJIB, presidente del Consell Consultiu y miembro de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación falleció el pasado mes de enero. Perteneció a la promoción de 1946 de Montesión, «al que siempre llevó en su corazón, apoyando siempre e incondicionalmente a la Asociación de Antiguos Alumnos de Montesión», recordó García Rullán.
Además destacó que Perera fue «una referencia como jurista y penalista. Su educación, su saber estar, su capacidad como profesional y su disposición a ayudar siempre a los demás fueron sin duda un reflejo de su personalidad». García Rullán recordó el contenido de una carta que le envió el abogado cuando tomó posesión al frente de los antiguos alumnos: «Conservamos un recuerdo muy grato y un afecto especial a Montesión, y a aquellos hombres (¡hombres buenos y entregados!) que fueron nuestros profesores».
Luis Clar recogió el nombramiento póstumo a su padre.
Amigo muy cercano a Don Rafael, el notario y político Raimundo Clar formó parte de la promoción de Montesión de 1948. García Rullán destacó su papel en las Cortes de 1978 y su trayectoria intelectual y jurídica. Destacó: «Era además nuestro notario y el amigo de la familia al que acudías para consejo jurídico o problemas legales, en materia de derecho civil o mercantil o para la tramitación de escrituras, era un placer poder escuchar sus explicaciones y anécdotas de sus años de vida en la política». En el acto, también se entregaron medallas conmemorativas a las promociones de 1973, 1983 y 1998.
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Los únicos méritos reales de Perera fueron su condición de abogado del PP de Cañellas y su pertenencia al OPUS. Todo lo demás deriva de aquí