Su historia está llena de sacrificios, superación, peligrosidad y éxitos, desde pasar calamidades, jugarse la vida como mantero a, finalmente, verse como empresario. A Mallorca llegó hace 15 años y su proceso hasta conseguir su legalidad fue lento. El pasado mes de diciembre, Macoumba abrió su pequeña sastrería en La Soledat. Le conocen como el sastre del barrio. Le verán trabajar todos los días, de lunes a domingo, en su pequeño local donde «confecciono, arreglo camisas de tela africana y las vendo», dice, orgulloso. Pero para llegar hasta este momento, hay que retroceder más de veinte años atrás.
Su vida dio un giro cuando decidió salir de África en busca de un futuro más prometedor. Ante todo, quería ser sastre y en ese momento, en la década de los 90, no tenía tanto trabajo como esperaba y la pobreza era una realidad en su entorno. Decidió hacer las maletas y marchó a Milán (Italia). Allí tenía a un tío y a su hermano, quienes le acogieron. «Sin papeles, no podía trabajar de nada, por lo tanto estuve durante años haciendo trabajos ilegales». Sin embargo, nunca ha dejado su oficio. En Italia, arreglaba ropa aunque fuera de forma clandestina, fue su aprendizaje. No recuerda cuánto tiempo estuvo en Milán, pero fueron «unos cuantos», hasta que se mudó a Mallorca directamente. Aquí tenía conocidos pero reconoce que «me costó integrarme por el idioma».
De mantero a empresario
Macoumba fue mantero, como muchos otros senegaleses que se ven obligados a dedicarse a la venta ambulante por las dificultades que tienen al llegar a la Isla. «Estuve poco tiempo. Un día me dije a mí mismo que no quería esto más, era peligroso. Así que me puse a buscar y encontré trabajo en una empresa del Polígono Son Castelló. Allí estuve cuatro años, pero he trabajado también en una tienda y, al final, en otra de sastre. Conseguí muy rápido los papeles y pude ahorrar para montar mi negocio. Estoy muy orgulloso de lo que he conseguido», apostilla.
Sobre la venta ambulante, reconoce que para los senegaleses «es muy complicado buscar trabajo, primero por el idioma y segundo porque no hay trabajo. Tienen miedo, pero yo les diría a los que están vendiendo en la calle que luchen cada día, que no dejen de buscar otras opciones. Al final, se consigue».
6 comentarios
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Me alegro por el! Mas empresarios y gente trabajadora y menos manteros. pero claro, si los manteros no tienen permiso de trabajo, que pueden hacer?
Antonio Bibiloni¿Fueron siendo legales o ilegales? ¿Tenían contrato de trabajo o simplemente marcharon para sacar adelante sus vidas? Sinceramente sabiendo como piensas ¡Solo por lo que comentas! me ha resultado "extraño".
RositaMe puedes indicar de que ¿Ayudas? hablas. Lo tengo claro, ¡¡No conoces nada de eso!! solo eres un loro que repite lo que los medios afines y ultraderechas lanzan con sus soflamas y igual que los loros repiten sonidos pero no saben nada de lo que dicen. Pero si lo haces te pediré sin duda disculpas, y me taparás la boca, pero mucho me temo que puedo esperar sentado.
Como tiene que ser. Dejar entrar a la gente honrada, trabajadora que viene a labrarse un futuro mejor. Nada de delincuentes, vividores solo de ayudas....
Enhorabona, Macoumba. Esper que arribis molt lluny.
es un ejemplo de la integración: así se deben hacer las cosas: los mallorquínes que se fueron a Uruguay: Venezuela: Argentina: muchos eran sastres allí no les dieron nada tuvieron que trabajar duro: yo conocí una familia de estallenchs que se fue a VENEZUELA y volvieron después de trabajar marido y mujer y pusieron un supermercado en santa ponsa.