Ángel Cortés, en la puerta de uno de sus negocios, en Palma. | Click

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Ángel Cortés es pequeño empresario -Bula, Pastelería Ángel y Café Ángel-, y como tal es autónomo. Hablamos con él y, entre otras, cosas quisimos que se pronunciara sobre el gabinete creado por Cort para atender a los autónomos, y también sobre los problemas a los que se enfrenta hoy, y a diario, el pequeño empresario.

-¿Cuántos trabajadores tiene entre los tres negocios?
-Treinta, y no repartidos a diez por cada empresa, sino de acuerdo a las necesidades de cada una.

-¿Podríamos considerar la de autónomo una profesión de riesgo?
-En cierto modo, sí, pues es una profesión en la que uno arriesga capital, salud y familia. Lo primero, porque quién abre un negocio, al ser el responsable del mismo, arriesga su dinero pagando las nóminas, los seguros, los impuestos, la luz, el alquiler, etc. Lo segundo, porque de 30 días que tiene el mes, 28 te los pasas resolviendo problemas, que no son pocos. Y lo tercero, porque quieras o no te llevas los problemas a casa, y la familia, quieras o no, los comparte contigo.

-¿Qué problemas, por ejemplo?
-Yo los dividiría en tres: tener contento al cliente, al personal y a la Administración, ya que, en cuanto a normativas que crea continuamente, nos obliga a conocerlas a todas, ya que de lo contrario, el incumplimiento de alguna de ella por desconocimiento no exime de la responsabilidad, es decir, de la sanción que te puedan poner.

-¿Qué propone usted para poder controlar esos problemas?
-Bueno, según hemos sabido, el actual Ajuntament de Palma ha creado un departamento solo y exclusivamente para los autónomos, poniendo al frente del mismo a un autónomo, Juan Antonio Tormo, por tanto persona más que cualificada, ya que comprende problemas que tenemos por haberlos tenido él.

-¿Y que le pide usted a ese departamento de autónomos?
-Entre otras cosas, que cree una oficina que oriente al autónomo cuando se le presenta un problema que no puede, o no sabe cómo afrontarlo. Me refiero a problemas como los que aparecieron durante la pandemia, que por no poderlos, o no saberlos resolver, y lo que es peor, no saber a donde o a quien recurrir, a muchos les costó perderlo todo. O, si no, que cree cursillos de orientación o de formación de trabajadores, como suele crear la Administración en otros campos. Vamos, que no deje al autónomo solo, sino que le oriente. Si eso ocurre, muchos de los problemas, y dudas, se resolverán. Ya que si se nos enseña, u orienta, a gestionar, mejor resolveremos los autónomos los problemas y aclararemos las dudas. Y más en los tiempos que corren, en los que, como he dicho, la Administración no hace más que sacar, de forma casi continuada, nuevas normativas.

-¿Qué tipo de dudas puede tener un autónomo?
-En estos momentos, muchas. Por ejemplo, si la normativa dice que una trabajadora cuando tiene el periodo tiene derecho a cuatro días de descanso remunerado, no dice nada si eso le pasa a la autónoma, o empresaria. Es más, hemos consultado en distintas fuentes, y no nos han sabido dar una respuesta. ¿Quiere otro ejemplo? La normativa dice que los trabajadores solo podrán trabajar 40 horas a la semana, cuando muchos, sobre todo los que vienen desde fuera de la isla, están dispuestos a trabajar más, de lo contrario se quedan en casa, creando un problema. Basta, si no, ver la demanda que hoy hay de trabajadores. ¿Por qué la Administración, con los resortes que tiene, no gestiona esa posibilidad? Pienso que saldríamos ganando todos.

Ángel Cortés, en plena elaboración de una ensaimada. Foto: Click

-Hace unos días una autónoma nos contó que se iba a operar de la espalda el pasado jueves, pero que mañana, lunes, iba volver al trabajo con una faja puesta, todo porque no puede permitirse tener una empleada, y no por lo que le cueste, sino por lo que tiene que pagar de Seguridad Social y demás impuestos, ni tampoco tener cerrado, pues no entran ingresos, mientras el contador de impuestos, luz, agua, etc sigue corriendo…
-Entiendo a esa empresaria. Porque en realidad, lo que cuenta es lo que pasa. En una ocasión yo sufrí una pequeña intervención quirúrgica un sábado, y el lunes estaba en la pastelería, fajado, dolorido, trabajando. En otra ocasión, estando de vacaciones en el extranjero, me pilló la COVID, lo cual me obligó a regresar como puede para poder afrente a la que se nos venía encima. Un asalariado no tiene esos problemas. Si está mal, va al médico, le da la baja y se queda en casa… Si le sorprende el COVID lejos del trabajo, regresa como puede, no con la urgencia de un empresario.

-Vamos a ver que pasa con ese departamento, nuevo, que Cort abre a favor del autónomo…
-Espero que vaya bien, y más si al frente de él han puesto un autónomo, más que nada porque al serlo conoce los problemas de los autónomos, por lo tanto sabrá escucharnos.