Hoteleros y restauradores de las principales zonas turísticas de la Isla están comprobando como el poder adquisitivo de los turistas es más bajo esta temporada en comparación con la de 2022, lo cual afecta al consumo ena todos los servicios extrahoteleros. | miquel angel canellas

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Hoteleros de Mallorca se han visto obligados a replantearse su estrategia comercial ante la caída de la demanda vacacional europea, principalmente alemana, de ahí que estén lanzando en estos momentos descuentos que llegan hasta un 25 %, los cuales se prolongarán durante lo que queda de julio, agosto y septiembre.

«La situación ha dado un vuelco desde junio y las ventas de reservas se han frenado en seco. La causa, según los touroperadores, es por cuestiones económicas y la pérdida de poder adquisitivo por la inflación y el incremento de los costes energético», señalan desde varias cadenas hoteleras que operan en la mayoría de las zonas turísticas de Mallorca.

Afirman que la Isla «se ha vuelto cara para las familias europeas, principalmente alemanas, lo cual ya se aprecia en las reservas». Añaden que los niveles de ocupación medios en julio están en un 65 % «lo que supone una caída de diez puntos respecto a julio del pasado año y para agosto la situación, en estos momentos, es que el bajón de reservas está en un 60 %».

Las ofertas de los hoteleros también afectan al precio de los paquetes turísticos, circunstancia que echa por tierra la estrategia empresarial de muchas empresas ya que habían incrementado precios pensando que todo iba a ser igual que el verano de 2022. Hay cadenas que al respecto señalan: «El que ha subido mucho los precios para el verano, es el que más está sufriendo, de ahí estos descuentos».

No es el sector hotelero el único afectado por esta evolución de la demanda vacacional, tanto en lo que respecta a la llegada de turistas como en el gasto que realizan, ya que transportistas, restauradores y oferta complementaria también está en la misma situación en lo referente a la caída de la productividad.

El presidente de la patronal del transporte FEBT, Rafael Roig, en este sentido, comenta: «Hasta finales de junio todo iba bien, pero ahora registramos una caída del 15 % de la producción sobre 2022 al bajar la demanda turística. Esto afecta tanto al transporte discrecional como al rent a car. Y esto parece que no va a cambiar a corto plazo».

El CEO de Palma Beach, Juan Miguel Ferrer, sitúa la caída de producción en hasta un 15 %. «Se consume menos y lo único que funciona, como así sucede en la Platja de Palma, es todo lo relacionado a negocios que satisfacen las necesidades de un tipo de turismo que no queremos, que es el turismo de excesos. La temporada, pese a lo que se preveía en Fitur o en la ITB de Berlín, es descafeinada», enfatiza Ferrer.

La patronal de Restauración Mallorca-CAEB ya adelantó el pasado mes que el nivel de gasto en bares, cafeterías y restaurantes en las zonas no turísticas había bajado un 20 %. Sin embargo, esta situación ahora se ha trasladado a la oferta de restauración en las zonas turísticas, salvo en los establecimientos de alta gama.

La patronal de alquiler turístico vacacional Habtur, según su gerente Maria Gibert, indica que las subidas de precios para este verano, en torno al 10 %, «repercuten negativamente en la comercialización de nuestra oferta». Sin embargo, Gibert puntualiza que pese a todo «los niveles de ocupación para julio están entre un 85 y 90 % y, según nuestras previsiones, se mantendrán así el resto del verano porque hay una gran demanda por nuestra oferta».

La única excepción en esta coyuntura turística tan compleja es Palma, donde los hoteles urbanos y hoteles boutique están superando todos sus registros de actividad, tanto en precios como en niveles de ocupación.