Un grupo de mallorquines en las jornadas cristianas, que se celeberan este año en Lisboa. | Redacción Local

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Es la segunda vez que Tomás Melgar, 22 años y de Palma, participa en la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), uno de los eventos religiosos más importantes de la Iglesia Católica y que reúne a más de 300.000 jóvenes de todo el mundo y este año se celebra en Lisboa (Portugal). Su anterior experiencia fue hace siete años en las jornadas que se llevaron a cabo en Croacia. «Somos un grupo de 23 jóvenes mallorquines que nos hemos unido a la Parroquia del Buen Suceso, en Madrid, para venir hasta aquí. Entre ellos, aquí tengo a mis primos», apunta Tomás, quien asegura que «lo que más me gusta de estas jornadas es el buen rollo de católicos de todo el mundo, además de que hay mucho más ambiente que en la Isla. Esto es otra realidad, ya que en Mallorca apenas tenemos iniciativas porque somos muy pocos».

Los mallorquines no han pasado desapercibidos en esta cita. Han llegado desde distintas partes de España, como Tomás y sus amigos, y liderados por el Bisbat de Mallorca son más de 360 los peregrinos jóvenes (participantes) que este año están disfrutando de la JMJ, que acaba el domingo día 6. Además, desde este miércoles tendrán el encuentro más especial con el Papa Francisco. Marina Urbano, de Santa Maria, tan solo tiene 16 años y estas son sus primeras jornadas. Su colegio, Sant Josep Obrer, ha organizado este viaje y se han apuntado cinco estudiantes. «Yo no vengo de familia católica, como pasa en muchos casos, sino que yo sentí la llamada hace un año. En ese momento estaba en una situación muy crítica. Dios me salvó la vida», confiesa.

El mallorquín Tomás Melgar, en la Jornada Mundial de la Juventud.

Le llama mucho la atención la gran presencia de jóvenes cristianos, como ella. «En Mallorca, nunca he vivido una cosa similar, a excepción de diversos encuentros reducidos con las parroquias. Pero algo tan grande y en comunidad, no», asegura Marina. Javier Abío, de 21 años es de Marratxí y también es su primera JMJ. «Los primeros días aquí están siendo muy gratificantes y sobre todo es que hay mucha gente, no paramos de hacer cosas. Nos lo estamos pasando muy bien», asegura.

Javier Abío, mallorquín de 21 años.

Sobre la Isla, opina como el resto: «Esto es muy diferente. En Mallorca cada uno tiene su parroquia y su grupo reducido, no es como aquí que convivimos miles de jóvenes durante varios días». España es, precisamente, uno de los países con más presencia en este evento, con más de 80.000 jóvenes y 71 obispos españoles, según ha informado esta mañana el propio Bisbat de Mallorca en un comunicado. De hecho, el propio Tomás asegura que «he visto muchísimos españoles». Casi todos ellos se alojan en polideportivos y colegios de Cascai.

Marina Urbano, mallorquina de 16 años.

Encuentro con el Papa

De los encuentros más especiales de todo el programa, quizá el más importante es el que tenga lugar con el Santo Padre, el Papa. Este miércoles por la tarde, el Papa Francisco tendrá el primer contacto con los peregrinos y mañana celebrarán el Vía Crucis. El penúltimo día de la JMJ, el sábado, comenzará la Peregrinación al lugar de la Vigilia, en el Campo da Graça. Aquí los jóvenes y el Papa rezarán y adorarán al Santísimo Sacramento.

No es la primera vez que Tomás verá al Papa. «Lo he visto en Roma y en las jornadas que se celebraron en Croacia. Es muy bonito porque el Papa trae un mensaje a los jóvenes cristianos y da igual de dónde vengamos porque, al final, todos los que estamos aquí vivimos una realidad muy parecida», considera.

El bisbe de Mallorca, Sebastià Taltavull, ha tildado estos encuentros de «muy especiales». Esta mañana han celebrado la Eucaristía con los jóvenes de Mallorca a la que además se han adherido las diócesis de Tortosa y Lérida. «Ha sido una mañana muy entrañable porque la palabra de Dios ha tocado nuestra vida. La Eucaristía ha sido una manifestación de fe», ha apuntado Taltavull.

«Cada momento conlleva una sorpresa y este encuentro entre jóvenes de todo el mundo está siendo una experiencia muy buena para los nuevos. Al final, pasan por lo mismo, por las mismas dificultades e inspiraciones y entre ellos se animan mucho. Hace que uno no se sienta solo», ha querido opinar Sebiastà Taltavull sobre esta Jornada Mundial de la Juventud.