El periodista Andreu Manresa es el director general de IB3. | Joan Torres

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El nuevo Govern prepara el relevo de Andreu Manresa como director general de IB3 a la vista de que el responsable del ente no tiene previsto dejar el cargo a pesar del cambio gubernamental. Manresa fue reelegido director en el año 2022, por lo que su mandato no expira hasta el año 2028, lo que implica que debería estar en el cargo durante toda la legislatura de Marga Prohens como presidenta.

Ante la imposibilidad de forzar la salida de Manresa si él no se va, la nueva consellera de Presidència, Antònia Estarellas, ya se ha puesto manos a la obra en la modificación de la ley para forzar el relevo. Se buscará un mecanismo para que el actual director deje el cargo y, al mismo tiempo, se quiere cambiar la duración de los mandatos para que sea de cuatro años y esté vinculado a las legislaturas.

En estos momentos, la duración del mandato del director general es de seis años, frente a los cuatro que dura la legislatura. El objetivo era garantizar la independencia del responsable de la televisión con respecto al Govern de turno.

En paralelo, el Govern hará una auditoría de la situación del ente, algo que ya se ha anunciado en otras empresas, entre ellas el IB-Salut. El nuevo Ejecutivo quiere conocer la situación contractual del ente y en qué situación se encuentra el proceso de internalización que se aprobó en la pasada legislatura. El proceso de internalización de los trabajadores de las productoras ya está cerrado, pero faltan ajustes y flecos, como la homologación salarial de la plantilla, algo que quedó momentáneamente en suspenso.

El pacte también cambió la ley en el año 2015 para facilitar el cambio en la dirección general. Hasta entonces se necesitaba el apoyo de los dos tercios de la Cámara en la primera elección, pero, con el cambio, la mayoría necesaria pasó a ser de las tres quintas partes del Parlament. Este cambio permitió la elección de Manresa.

El apunte

Malestar por el debate entre los candidatos en la campaña electoral

En el Govern no ocultan el malestar que les provocó en su día el movimiento que hizo Andreu Manresa en plena campaña para intentar dejar sin efecto el sorteo para el orden de intervención de los candidatos en el debate electoral. Los partidos habían decidido hacer un sorteo para asignar el orden de intervención, pero el PSIB solicitó que el orden de la primera y última intervención fuera en función de los votos, lo que implicaba que Francina Armengol cerrara el debate. Manresa aceptó la propuesta del PSIB, pero la JuntaElectoral le obligó a rectificar y mantener el sorteo.