Pat Osaro, en su habitación de una residencia de Palma. | Jaume Morey

TW
32

Pat Osara, 58 años, sufrió un ictus en 2021 que le provocó una hemiplejia. Su vida cambió radicalmente. De origen nigeriano, lleva 23 años residiendo en Mallorca y trabajaba en una lavandería. Los últimos años fueron decisivos para ella, cuando su parálisis empeoró debido a la obesidad que sufre. Desde que sufrió el ictus vive ha pasado por hospitales y varias residencias. Porque en su casa no se puede quedar, ya que no tiene ascensor.

Pat tiene dos hijos, una chica y un chico, y un nieto. Ellos tampoco cuentan con los recursos , ni la fuerza, para hacerse cargo. Pat entró en octubre en la residencia Son Oms a través de un recurso que puso en marcha el IMAS en junio de 2022 que ofrece 12 plazas en este centro a personas entre 55 y 65 años de edad con un grado de dependencia.

Una planta está dedicada a estos perfiles, pero el caso de Pat es complejo debido a su estado físico. Desde hace cuatro meses no han podido trasladarla a la ducha, sino que la asean desde su cama con toallas, jabón y agua. Además, desde que llegó, hará el mes que viene un año, no ha salido a la calle, según cuenta. «No pueden sacarme porque no hay personal que conozca cómo manejar esta silla de ruedas, que es eléctrica. Y a mí lo que me gustaría es salir a pasear», confiesa.

Pat solo puede mover una parte de su cuerpo y es consciente de la carga que supone para una sola persona. Es por eso que requiere de personal adicional, algo que los Técnico en Cuidados Auxiliares de Enfermería llevan pidiendo desde hace meses al IMAS. Este verano, la situación ha sido dura para este personal. «Sin formación y sin preparación, para nosotras este tipo de perfil es complicado. Llevamos un año con este perfil introducido y hay veces en que nos encontramos solas en la planta. Y este verano no ha habido personal donde rascar», denuncia una auxiliar que está de baja por «haber estado tres turnos seguidos sola en esa planta».

Los técnicos conocen la situación de Pat de primera mano. A pesar de que disponen de grúas para movilizarla hasta la ducha, el problema es que no hay manos suficientes. Además, dicen su cama no está en condiciones para soportar su peso. El personal técnico ha elaborado una recogida de firmas para dar a conocer a la Residencia Son Oms-Sant Miquel la situación que vive el personal, desde «sobrecarga» hasta modificaiciones de turnos, o de vacaciones, para ofrecer una atención mínima.

Desde el IMAS son conscientes de esta problemática y argumentan que estos problemas vienen derivados del cambio de gobierno y la gestión en la bolsa de empleo. Sin embargo, aseguran que, a día de hoy, las plazas están cubiertas.

Asimismo, ahora estudiarán los informes que realizaron tres coordinadoras durante el mes de agosto donde valoraron la situación del centro. La contratación de personal, puntualizan del IMAS, está asegurado a falta de incorporar dos enfermeras más. Además han incorporado un psiquiatra. Por otra parte, ya cuentan con material nuevo, como camas adaptadas, grúas, arneses para soportar 300 kg así como sillas de ducha XL, algo que, al parecer, no contaba Pat y que podría facilitar las duchas y la asistencia. A pesar de ello, algunas técnicas narran que hay cierto material que, aunque está, todavía no se ha utilizado