Efectivamente, parece que la medida no logrará la satisfacción general, ni entre las partes afectadas (restauradores y residentes) ni entre el mismo grupo de residentes. La joven Marta Castro vive en el carrer Sant Llorenç, una de las callejuelas cercanas a la Plaça Drassanes. «A mí me parece estupendo, porque es una ampliación de horario que se adapta más al ritmo de vida español», asegura. Sale de vez en cuando a cenar o tomar algo y en más de una ocasión ha tenido que marcharse al filo de las once, debido a la anterior normativa. «Que amplíen el horario hasta las doce de la noche creo que es bastante razonable como para no molestar a nadie y poder hacer una vida normal», opina. Frente a su edificio, se ubica un pequeño pub sin terraza, con el que, asegura, nunca ha tenido ningún problema.
Isabel García Milán y su hija Isabel León García residen en el carrer San Pere y también se posicionan a favor del cierre de terrazas a medianoche: «Por la noche suele haber mucha gente en la Plaça Drassanes y en la plaza de La Lonja, allí es donde está el problema, pero en las calles de alrededor no tenemos tantas molestias», explica García Milán, a lo que su hija subraya: «Sobre todo es en verano cuando suele haber jaleo». Estela Artesana y Miguelina Petrocino esperan que esto anime al sector de la restauración, un gremio, dicen, que «hay que cuidar porque genera mucha riqueza y puestos de trabajo».
En medio de ambas posturas contrapuestas se sitúa Juanjo Bosch: «No creo que vaya a haber mucha diferencia, porque aquí siempre ha habido mucho ruido». Bosch pone el foco de la problemática en un lugar en concreto: «Aquí en la Plaça Drassanes siempre se suele liar un poco, pero es gente que vive por la zona. Se juntan, beben y algunos se pasan» y forman un poco de escándalo.
En el lado contrario, Irene Sansó y Carlos Molina están todavía más indignados, si cabe: «Se nota que ha ganado el PP y de qué lado está el Ayuntamiento», critica Lozano, quien tacha la medida de «despropósito, sobre todo, con todo lo que hemos luchado los vecinos». «En mi caso, me levanto muy temprano para ir al trabajo y muchas noches me cuesta dormir del ruido de los bares. Aún con todas las ventanas cerradas, es imposible», cuenta María Sonsoles González, quien teme a partir de ahora tener más dificultades para conciliar el sueño. En la misma calle vive Toni Cardona, que, con cierta equidistancia, se resigna ante la medida: «Hagan lo que hagan, seguirá todo igual. Al final, no es algo tanto de leyes o normativas, sino de civismo. Y eso es más difícil de cambiar».
El apunte
Ampliación de horario de las terrazas
7 comentarios
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PPVOX jajajaja. Riurem de bon de veras els veinats. Ese paaaaaarque temático a tope!!! Que no quede ni un barrio vivo. Disfrutau lo votat!
Ha tornat es Pp .ara ses normes, les tornan fer ,es empresaris,restaurados,hoteles y constructors ,lo de sempre.
el egoísmo de algunos vecinos es enfermizo y acaban creyéndose dueños de la calle y administradores de los servicios que presta... Lo curioso es que cuanto más viejo y sordo más oye ruido y no puede dormir ...pero no dice que también le pasa cuando todo esta cerrado 🤷 🙄 el 80% es exagerado y vender drama para colocarse dentro del primer chiringuito disponible bien renumerado. Así nos va ....cada día mas caos gracias a la intolerancia y envidia vecinal
Ayer se querían ir a vivir a otro lado, hoy la mayoría están encantados. A ver si os aclaráis.
Fora rotllos en vinagre . Aquí s'ha d'aplicar sa normativa i ordenances municipals, i els empresariutxos no podem molestar a veíns per interessos privats, i menys encara apropiar-se d'espai públic, que és del poble, no d'ells. Prou de pocavergonyarros olímpics.
Zona turística, hay que adaptar se al demanda….
María Sonsoles, cuando te levantes tan temprano no hagas ningún ruido que los demás dormimos y nos perturbas, eres una incívica! Hayq ue tener mucha cara para pensar en el beneficio personal en vez del general.