Manifestación de las trabajadoras de escoletas privadas celebrada este miércoles en la Plaça dels Patins de Palma. | Jaume Morey

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«Educamos, no guardamos» o «Creamos sonrisas con sueldos de risa», son algunas las consignas reivindicativas que se han podido leer este miércoles en la protesta de las trabajadoras de escoletas privadas (un sector muy feminizado) que CCOO Ensenyament ha organizado en la Plaça dels Patins de Palma. La segunda jornada de huelga estatal para reclamar que se reactiven las negociaciones para firmar un nuevo convenio laboral ha sido secundada por un 60 % de las empleadas en el Archipiélago.

«Es una buena cifra que demuestra que el sector está vivo y que se reivindica; es un grito de auxilio», ha afirmado la representante de enseñanza en CCOO, recordando que en estos centros se cobra menos del Salario Mínimo Interprofesional, de 1.080 euros. Las concentraciones se han extendido por otras zonas de Mallorca, como Alcúdia y Manacor, pero también en el resto de islas.

«Reclamamos el fin del bloqueo de las negociaciones, que está paralizado desde hace dos años; hace una década que no se actualizan las nóminas, con el incremento del coste de la vida se hace insostenible», ha dicho Ramis, que también ha aprovechado para recordar que están recibiendo un «inmenso apoyo» por parte de las familias. La representante sindical, asimismo, ha reclamado al Govern y el Consell de Mallorca, pero también a los partidos políticos, que intervengan para mediar y facilitar la negociación con las patronales. «Ahora que se llenan la boca con la gratuidad de gran parte de la etapa 0-3 años, podrían apoyar esta causa», ha añadido.

Ramis ha señalado que para sentarse en la mesa solamente piden que, como mínimo, las categorías estén retribuidas. En esta línea, el secretario general de la Federación de Enseñanza de CCOO en Baleares, Mario Devis, ha afirmado desde Ibiza que la Conselleria d'Educació es la «responsable» de hacer los pliegos de licitación a las empresas, en los que debería «pedir que pongan un sueldo razonable».

«Están externalizando el servicio, abaratando costes, quitándose trabajo y, claro, estas empresas no son oenegés, buscan el máximo beneficio y pagan salarios que son insuficientes para vivir y reconocer el trabajo que están haciendo estas trabajadoras», ha considerado. También ha criticado que las patronales hacen «oídos sordos» y reclaman una subida del 30% y que las jornadas sean completas para percibir el salario íntegro.