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Hay decisiones difíciles de tomar, y cuando se comunican, a uno le entra el remordimiento de si lo habrá tomado la mejor solución aunque sabe que no había nada más que hacer. Ami Same, una gambiana de 29 años, llegó este sábado a la consulta el primer día de trabajo de los sanitarios mallorquines de la Fundación SOM, en el centro de salud de Sanyang. Tenía un bulto en el cuello.

Ami fue una de las primeras pacientes en ser vistas por el doctor Jaume Julià, el maxilofacial Miquel Àngel Morey y el enfermero Pep Ribas. Ami tenía un linfoma imposible de tratar en este centro. Seguramente se curará si le dan quimioterapia en el Hospital de Banjul (capital de Gambia). Lo que sí que el doctor Morey le podrá arreglar la boca. Ami es madre de cuatro hijos.

El centro de salud empezó a coger color cuando los voluntarios prepararon las áreas para acoger a los pacientes durante una semana. Por triaje pasarán los primeros; por curas, otros; por Pediatría, un gran grupo de familias y por quirófano, la mayoría. Los sanitarios se separan por grupos para trabajar. Todo tiene que estar coordinado.

En el primer día, en el que se diagnosticó a más de 30 gambianos, sirvió para hacer una primera toma de contacto. Se seleccionó a la gente y se les dio cita para venir, a curarse, a partir de hoy. Un ecógrafo permite ver, con más precisión, los bultos que sobresalen. Menos el de Yahya, que tiene un bocio de tiroides muy grande y los médicos no cuentan con el material, tan preciso, para esta operación que dura horas. Le dieron la mano y le dijeron, en inglés, «no podemos hacerte nada, lo siento». Y Yahya se fue con la cabeza baja.

Esto es muy común. «El objetivo de SOM no es operar por operar, sino operar bien», dice Pep Ribas. Aquí se necesita sangre fría. Pep también detalla que, incluso, tienen que priorizar las operaciones de una extremidad, como las manos o los pies, «dependiendo si es la dominante o no». Durante la ajetreada mañana, llegaron también pacientes de urgencia. Un joven vino con la pierna sangrando, acompañado de la Policía. Se había clavado una botella de vidrio. Tenía un enorme coágulo pero las enfermeras pudieron tratarlo. Con dolor.