Disputa. La exigencia de Vox al PP de que aporte un calendario de implantación de la libre elección de lengua en las escuelas enfrenta a ambos partidos. El PP deja claro a su socio que no puede «pedir imposibles». En la foto, alumnos en clase en una imagen de archivo. | Pere Bota

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El sindicato UGT ha realizado un cálculo preliminar del coste de la segregación de alumnos por aula en función de la legua vehicular que se escoja que podría rondar los 120 millones de euros anuales. Este cálculo tiene en cuenta el coste medio anual de un docente, que es de aproximadamente 46.000 euros, (incluidos salarios, costes de seguridad etcétera), y la duplicación de aulas y profesorado que serían necesarias para implementar la medida.

La cifra, insisten desde el sindicato, «no incluye la inversión en infraestructuras que sería necesaria, lo que aumentaría exponencialmente el coste total de una medida totalmente innecesaria y contraria al sentir mayoritario de la sociedad de las Islas y de la comunidad educativa». El secretario del sector de Enseñanza del sindicato, Tino Davia, declaró, con ironía, que: «UGT lleva reivindicando la reducción de los ratios en las aulas así como la reducción de la carga lectiva del profesorado desde hace mucho tiempo, pero consideramos que no es necesario llegar al extremo de tener un profesor para tres alumnos para que su lengua sea el castellano».

«Nos preocupa especialmente –admitió el sindicato– el anuncio reciente de que el conseller de Educació se ha comprometido a entregar a Vox un documento detallado con los pasos para implantar la libre elección de lengua, contradiciendo lo expresado días antes en la Mesa Sectorial, en cuanto a que cualquier medida de este tipo sería consensuada con la comunidad educativa». UGT considera que es «fundamental que previamente se convoquen las reuniones necesarias con la comunidad educativa antes de tomar decisiones que pueden tener un impacto tan significativo en la educación de los
nuestros hijos e hijas».

Ésta petición «responde fundamentalmente al compromiso que el propio conseller ha manifestado de que el diálogo con todos los sectores educativos sería la base en la toma de decisiones esta legislatura», se recordó.

Llamamiento al consenso

Por todo eso, desde UGT-Ensenyament se hizo ayer «un llamamiento al consenso en materia educativa» y reclamó al Govern que «evite la bipolaridad en sus comunicaciones». «No es aceptable que el portavoz del Govern, Toni Costa, descarte la segregación de alumnos en una comunicación oficial y que más tarde descubramos a través de la prensa que el conseller de Educació i Universitats ha prometido a Vox un plan detallado para segregar a los alumnos por lengua».

En opinión del sindicato, «se está obviando que la medida que se propone supondría una merma de derechos del alumnado castellanohablante en la adquisición del conocimiento de una de las lenguas oficiales de la Comunitat, lo que, en la práctica, genera una disminución de oportunidades laborales en el futuro».

Desde la Conselleria d'Educació se declinó ayer hacer ninguna valoración sobre la estimación económica realizada por el sindicato en relación al coste de poner en marcha la segregación de alumnos en función de la lengua vehicular de la enseñanza.

Punto de vista
Javier Jiménez

Raritos de EGB

Javier Jiménez

Como soy de otra generación, no acabo de entender tanto drama con el tema de la lengua. Los que hicimos EGB, BUP y COU debíamos ser un poco raritos, porque no recordamos conflictos lingüísticos serios en los años ochenta y los noventa. Había más paz o menos políticos. Solo se ponía fea la cosa si un balonazo te volaba el bocata en el patio. En cambio, rememoramos los Rotring 0,2, 0,4 y 0,8 y jugar al burro en el recreo, que hoy estaría penado con cárcel. Y destierro.