El acusado será juzgado en unas semanas en Palma. | A.S.

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La Fiscalía reclama una condena de cinco años de prisión y el pago de más de dos millones en multas a un arquitecto que ejerce en Palma por tres delitos fiscales diferentes. Tanto la acusación del Ministerio Público como la de la Abogacía del Estado, en representación de la Agencia Tributaria, describen como el profesional montó una sociedad pantalla en el año 2013 para evitar pagar impuestos. Las acusaciones consideran que se trataba de un fraude dado que, pese a montar esa mercantil, seguía facturando a su nombre sus trabajos y muchos de ellos se le pagaban directamente a través de cheque. Además, a lo largo de tres ejercicios, entre los años 2013 y 2016 ni siquiera presentó, según las acusaciones, ninguna documentación del Impuesto de Sociedades.

Como las acusaciones consideran fraudulenta esa mercantil, el fraude fiscal que le imputan está calculado en base a las cuotas que dejó de pagar del impuesto sobre la renta. En total suman 746.000 euros.

Sostienen ambas acusaciones públicas que la actividad que desarrollaba se hacía a título personal y para los mismos clientes que tenía antes. Añaden que parte de sus ingresos personales adicionales también quedaron ocultados al fisco.

Otro hecho que se incluyen en las conclusiones de la Abogacía del Estado es que el arquitecto, de nacionalidad alemana, se intentó deducir una serie de gastos a los que no tenía derecho, una vez que la Inspección comenzó a actuar en su contra. Entre ellos estaban varias multas y sanciones que habían recibido y gastos de viajes de otras personas que no estaban relacionados con la actividad del arquitecto. El juicio está señalado en unas semanas en un juzgado de lo Penal de Palma. La Abogacía del Estado reclama una condena de dos años de cárcel por cada uno de los tres delitos fiscales.

El apunte

Declarar solo una décima parte de sus ingresos y obviar el IRPF

De acuerdo con las acusaciones, el sistema de fraude del arquitecto llegó a su máximo en 2015 cuando ingresó más de un millón de euros por su trabajo pero solo declaró a hacienda como IRPF que había ganado poco más de cien mil. Al año siguiente no llegó siquiera a presentar declaración de IRPF ni del impuesto de sociedades. Con los intereses de demora que se le aplican, solo restituir su deuda con Hacienda le supondría pagar más de 800.000 euros.