Vega, 14 años, haciendo deberes en su escritorio. | Itziar F. Landero

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Las navidades son sinónimo de familia, amigos, disfrute y magia, sin embargo, se pueden ensombrecer por culpa de los malditos deberes que los profesores mandan para el periodo vacacional. A la hora de repartir la tarea, parece que el factor principal que determina la carga de trabajo es el nivel académico. Mientras que desde las escuelas se fomenta que los más pequeños hagan actividades propias de estas fechas, los estudiantes de cursos superiores, como los de secundaria, no corren la misma suerte.

Juan tiene tres hijos, el más pequeño, también Juan, de un año; la mediana, Chloe, de siete y la mayor, Kristine, de ocho. Desde el colegio han mandado una carta explicando cuáles son los deberes que deben hacer las dos más mayores estas fiestas: «Visitar un mercado navideño; disfrutar con la familia; pasear y ver las luces de Navidad; hacer los preparativos de Nochebuena y hacer un diario navideño». Es decir, se potencia que los niños compartan tiempo de calidad con la familia más que hacer deberes propiamente dicho.

Cristina tiene dos niños, Lucas y Leo, el primero cursa tercero de primaria, mientras que el segundo está en primero de infantil. «Al más pequeño no le han puesto nada de deberes», comenta Cristina. En cambio, al mayor «le han mandado actividades de inglés y que le han dicho que lea 10 minutos cada día», añade. Aclara que el fomento de la lectura es una actividad que encarga el centro escolar de manera habitual y que «en Navidades también».

Esleydy tiene tres hijos, dos de ellos ya son mayores y trabajan, pero la más pequeña, Jessica, tiene 15 años y cursa cuarto de la ESO. En su caso, las tareas de casa se envían de manera telemática a través del ‘classroom’. Por el momento, explica, «veo que le han puesto ejercicios de matemáticas, ecuaciones y problemas que hay que entregar antes del 7 de enero». Asimismo, reconoce que «podrían no poner nada, las navidades son para disfrutarlas no para hacer deberes».

Javi es padre de una adolescente de 14 años, Vega, que está en tercero de la ESO. En su colegio «hay deberes todo el año» y las Navidades no han sido una excepción. Su padre critica que «le han puesto deberes de matemáticas, de inglés y lengua», lo cual no aprueba porque «obliga a los padres a que ayudemos a los hijos con tareas que no tenemos por qué entender». En este sentido, todos los padres con hijos que ya cursan secundaria reconocen que la carga de trabajo es asumible, pero, a su vez, coinciden en que podría «no ponerse nada» en estas fechas, porque son para estar con la familia y desconectar unas semanas.