Imagen de ánforas sumergidas, algunas incluso con los tapones puestos, frente a Ses Fontanelles.

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El año 2024 marcará un antes y un después para la arqueología subacuática, la gran olvidada de Mallorca, pese a la riqueza y diversidad de las naves históricas hundidas en nuestras costas. La consellera insular de Patrimoni, Antonia Roca, confirma que antes de que finalice el año completarán las obras de construcción de un estanque en el Castillo de San Carlos al que se trasladará el derelicto de ses Fontanelles, situado en la playa de Palma y considerado (por su ubicación) uno de los más vulnerables de la Isla. Las ánforas encontradas en 2019 junto al barco tardoromano hundido guardan los secretos del papel comercial de Mallorca entre el siglo III y IV.

Además de los pecios (barcos hundidos) de época clásica sabemos que las aguas de Baleares ocultan auténticas joyas de la arqueología moderna, claves para narrar la historia de España y de la Europa contemporánea, entre ellos los restos del hidroavión de fabricación italiana CANTZ.506 Airone en el que perdió la vida en el año 1938 Ramon Franco, hermano del ‘generalísimo’. También alguna que otra nave (incluido un submarino) de la Segunda Guerra Mundial.

Baleares es en pleno siglo XXI la única comunidad autónoma de la costa mediterránea que carece de una carta arqueológica subacuática completa que nos dé una idea real de los tesoros que ocultan nuestras aguas y nos permita a la vez protegerlos. A mediados de los años noventa se creó el Grup d’Arqueologia Subacuática de Mallorca (GAS). Estaba integrado por un grupo de buceadores aficionados dirigidos por el arqueólogo subacuático Joan Manel Pons. El GAS realizó las primeras cartografías con métodos científicos en pecios de Cabrera, la Colonia de Sant Jordi y Calvià pero se disolvió apenas cinco años después. En el momento de su desaparición había cartografiado 40 restos hundidos, pero no pudo completar las prospecciones.

El hallazgo fortuito (gracias a un temporal) de un barco griego hundido en aguas de la Cala Sant Vicenç (Pollença) propició en 2002 y 2003 la excavación de un nuevo derelicto con el objetivo, no solo de estudiar el pecio, sino también de formar por primera vez a arqueólogos subacuáticos en Mallorca. La labor recayó en el Centro de Arqueología Subacuática de Catalunya (CASC) promotor de aquella campaña. Puede parecer paradógico que una isla apenas tenga expertos en la materia, pero la realidad era la que era en esa fecha y no ha cambiado mucho desde entonces.

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Hubo que esperar hasta el año 2018 para que el Consell de Mallorca tomara cartas en el asunto y diera inicio formal a la redacción de la carta arqueológica de Mallorca. Se aprobó un plan trianual que batió las costas de Cabrera, Alcúdia y Pollença en los que se identificaron numerosos pecios. El proyecto no ha tenido continuidad a pesar de que el territorio cartografiado apenas alcanza el 50 % de nuestras costas. Los expertos saben que quedan muchas áreas sin prospectar ni proteger, sobre todo en las costas de Llevant y de la Serra de Tramuntana.

Nuevo centro de arqueología

Hace años que se habla de la posibilidad de construir frente al yacimiento romano de Pol·lèntia el que será el gran centro de investigación arqueológica de Mallorca, centrado en la arqueología tardoantigua y preparado para la investigación también de yacimientos subacuáticos. El Consell de Mallorca promete ahora dar los primeros pasos para que ese proyecto se convierta en una realidad plausible.

La institución insular compró la finca de sa Tanca de Can Domenech (frente a Pol·lèntia) en el año 2021 por 1,1 millones de euros, lo que permitió ampliar inmediatamente la zona de protección de la ciudad romana de Pol·lèntia, más allá de la carretera del cementerio. No en vano, los sondeos y lecturas con georadar realizados en la última década en la zona revelaban su potencial arqueológico.

La compra de sa Tanca de Can Domenech sentó además las bases para que, cuando la situación económica lo permita, se pueda rehabilitar alguna de las construcciones de época contemporánea existentes en la finca o edificar sobre la zona norte en la que aflora la roca madre, un Centro de Investigación Arqueológica Subacuática y Museo de Pol·lèntia que pretende ser una referencia en el campo de la arqueología tardo antigua.

«Ya se ha comenzado a limpiar el terreno con la idea de realizar en el primer trimestre de 2024 los estudios arqueológicos previos en la finca y crear una comisión técnica y profesional para elaborar las bases del que será el Centro de Arqueología de Mallorca, un centro polivalente al que podrán ir los expertos de referencia en la Isla, también de arqueología subacuática y que también contará con un centro de interpretación de Pol·lèntia», explica la consellera de Patrimoni Antonia Roca.