«La microbiota intestinal tiene muchos recursos, se equilibra como grupo. Tenemos bacterias intestinales muy poderosas, con una fuerte carga genética, y otras más pequeñas que batallan el día a día», explica la doctora sobre este mundo consolidado en el aparato digestivo. Una de las curiosidades que menciona en su libro es la similitud con la microbiota de nuestros ancestros «que vivieron hace más de setecientos mil años».
Así, reflexiona que la microbiota apenas ha cambiado en miles de año. ¿Pero por qué en la actualidad hay más enfermedades o patologías intestinales que nunca? «Porque ha cambiado nuestro estilo de vida, no nuestra genética. Choca la forma de alimentarnos, con productos que nos inflaman más, que sería el principal síntoma de la mayoría de enfermedades». Un hecho que llama la atención es ver cada vez más «carros de supermercados llenos de comida procesada. Hace cien años no existían la base de pizza o latas de tomate».
La dieta de la felicidad
De la Puerta cree firmemente que «si hubiese un buen cuidado del intestino, de nuestra microbiota, seguro que no habría tanta incidencia de problemas de salud mental». Lo ha visto entre sus pacientes. Una clave importante no es solo un estilo de vida saludable, sino la denominada dieta de la felicidad. Una dieta rica en triptófano, que es «el primer escalón de una cadena metabólica» y cuyo resultado es la serotonina, una de las sustancias que influyen en la felicidad.
Los alimentos ricos en «felicidad» son el huevo, las carnes blancas, los lácteos fermentados, el aguacate o el cacao, entre otros muchos. De la Puerta, sin embargo, alerta de las dietas peligrosas que circulan por internet, que restringen valores nutricionales o macronutrientes. En cambio, la dieta mediterránea está respaldad por sendos estudios científicos que han demostrado sus beneficios: «Es una dieta completa con distribución nutricional. Cuanto más rica y diversa es nuestra alimentación, más rico y diverso será nuestra microbiota. Algo fundamental para fortalecerla».
La doctora describe en el libro el ayuno y sus beneficios, algo de lo que también hablará en el taller en Espai Buit. Además de practicar los reposos de 12 horas, ha descubierto sus ventajas y por ello lo recomienda en sus consultas, «aunque no todo el mundo puede hacer ayuno», recalca. Esta práctica permite la activación de los recursos del ecosistema, hace que trabaje y se resetee el aparato digestivo. De la Puerta recuerda que, pese a la proliferación de las patologías inflamatorias, como el colon irritable, avisa que cambiar el estilo de vida, la alimentación y el cuidado emocional regeneran y reconstruye la microbiota. Así que no todo está perdido.
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