Sin conocer la letra pequeña de los informes de los letrados, ya puede decirse qué es lo que dirán: que Patricia de las Heras y Gabriel Le Senne pasarán a ser diputados no adscritos, que el president del Parlament deberá dejar su cargo y que, en el pleno en el que se elija a su sustituto, todos los partidos que presentaron candidato hace siete meses podrán volver a hacerlo. Es decir, podrán presentar candidatos a la Presidència del Parlament el PP, Vox, el PSIB y Més, no solo Vox, que era lo que ambicionaban los diputados rebeldes.
No se trata de tener una bola de cristal, sino precisamente de todos lo contrario, de mirar al pasado. Al contrario de lo que se escucha estos días a algunos portavoces parlamentarios, esta no es «una crisis sin precedentes»; esta es una crisis con precedentes. Xelo Huertas.
Podemos expulsó del partido y, en consecuencia, del grupo parlamentario, a la entonces presidenta del Parlament. El expediente de expulsión se le entregó en noviembre de 2016 y Huertas intentó hacer lo mismo que ahora trata de hacer Gabriel Le Senne: aguantar. Ella logró dilatar su expulsión de la Presidència hasta febrero del año siguiente, pero finalmente cayó, que es lo que pasará con Le Senne, porque los letrados del Parlament creen que la situación es exactamente la misma que entonces, al menos en términos parlamentarios, que es lo que cuenta.
Más candidatos
La segunda lección del precedente Xelo Huertas es que no solo Vox podrá presentar candidato a la Presidència, sino que podrán hacerlo todos los en su día presentaron nombres. Podemos presentó a Balti Picornell, que resultó elegido, pero el PP presentó a Núria Riera. Y esto es importante.
Ese antecedente sitúa al PP en una situación muy delicada: la posibilidad de que esta vez no presente candidato dejará a los diputados ‘populares' ante la tesitura de no poder votar a uno de los suyos y tener que votar al candidato que presenten los diputados críticos de Vox, propietarios del grupo parlamentario, que en esos momentos ya será un tránsfuga porque el partido ya aprobó este miércoles su suspensión cautelar de militancia. ¿Elegirán los diputados del PP a un tránsfuga de Vox nada menos que como presidente del Parlament, el máximo representante de la soberanía de Baleares? Eso es algo que ya se empieza a debatir internamente en el partido.
Mientras tanto, a Le Senne le queda un periodo de gracia como president y aún ocupará el sillón principal del salón de plenos el martes de la semana que viene. El siguiente, el martes y 13 de febrero, las cosas ya no están tan claras.
6 comentarios
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La comparación esmuy desajustada. En aquel caso estaba claro que Xelo era la expulsada de su grupo y de PODEMOS como partido. Aquí tienen un cluedo montado que ya no se sabe quien es VOX y quien no.
La comparació és molt recercada, dins vox se sent l'olor a sofre de per totes bandes, fa estona que ningú se fia de ningú
Genteta.
No creo que sean rebeldes, pero sí lo siguiente. Nadie te obliga a estar en un partido, pero si decides entrar en él te tienes que someter sí o sí a su organización. Irse, pero seguir chupando del erario público, no me parece ético. O estas dentro o fuera. Las dos cosas al mismo tiempo son imposibles.
Na Xelo no va expulsar al president del Partit del grup Parlamentari.... ara mateix quan dius VOX al parlament ni saps a qui te refereixes.... hahaha
Intentar comparar aquesta crisi amb la de Xelo Huertas és de tractar-nos de beneits. En aquest cas s'està parlant de possar a un TRÀNSFUGA de segona màxima institució del Parlament, i això si que NO te precedents. A més, en el cas de Podem no va haver cap cop d'Estat on des d'Estatal se va expulsar a la majoria del grup i que aquests, ara TRÀNSFUGUES són dels quals depenen per mantenir la estabilitat del Govern. Això, tampoc te precedents. En cap cas és comparable. Més enllà de la vergonyeta i el show, lo d'ara és d'una baixesa democràtica mai vista a Balears.