El servicio de trabajadores sociales sanitarios de la subdirección de Atención a la Cronicidad se esfuerza por aligerar las solicitudes, pero el tiempo lo marca la situación administrativa de cada institución –los profesionales trabaja conjuntamente con Gover, Consell y los ayuntamientos– a la hora de aprobar un recurso o, si fuera necesario, un grado de dependencia Así, ajudicar un recurso puede tardar «hasta un año», incluso más, «dependiendo si se parte con el paciente de cero», explica la trabajadora social sanitaria del departamento de cronicidad, Irune Salaberry.
Se estima un crecimiento de la población envejecida de aquí a 30 años. Esto no solo provocará un aumento de las enfermedades crónicas, sino además –y por estadística– los pacientes dependientes en riesgo de exclusión a los que tendrán que hacer frente los trabajadores sociales sanitarios.
Sin embargo, lo que explican desde el servicio es que el número de pacientes sociales no ha variado mucho en los últimos años en los hospitales públicos. En estos momentos, estos perfiles están ‘viviendo' entre el Hospital Universitario Son Espases (6); el Hospital Son Llàtzer (1); el Hospital Comarcal de Inca (4); el Hospital de Manacor (2); el Mateu Orfila, de Menorca (2) y en Can Misses, Ibiza (4). Detrás de estas cifras, hay perfiles muy variopintos, desde ancianos dependientes, personas sin red familiar, indigentes, inmigrantes sin recursos o enfermos que necesitan un servicio de acogida porque no tienen recursos económicos o sufren soledad.
Llegar a la vejez a veces no es sinónimo de suerte. Hay casos de pacientes mayores cuyos familiares han claudicado por distintos motivos, justificados y lícitos, como por ejemplo que no puedan hacer frente al cuidado del enfermo. Por eso, el esfuerzo del trabajo social sanitario es «reconducir» esta renuncia –porque el paciente se puede vuelve vulnerable–. Es decir, buscar herramientas y recursos para su bienestar, como que puedan tener ayuda externa en sus propios hogares y evitar así el hospital: «Los trabajadores sociales sanitarios trabajamos para detectar un problema de soledad y ofrecerles una alternativa para evitar una estancia alargada en los hospitales de agudo», detalla Salaberry.
Atención intermedia
El Plan de Atención a las Personas con Enfermedades Crónicas de Balears (2016-2021) informa del aumento de las enfermedades crónicas y que será todo un reto para el sistema sanitario. La subdirectora de Atención a la Cronicidad, Estefanía Serratusell, recuerda que con la creación de más centros sociosanitarios de atención intermedia (Son Dureta, Verge del Toro, Can Misses y un centro en Felanitx) se triplicarán los recursos para los más de 27.400 pacientes crónicos agudos y crónicos complejos que hay en las Islas. De momento, el número de camas en los actuales hospitales de atención intermedia (Creu Roja, San Juan de Dios en Palma e Inca, Joan March y el Hospital General) llega a las 430. Con los nuevos espacios, habrá 1.185. Hasta que vean la luz los nuevos centros, el reto para «descongestionar» los hospitales agudos está en apostar por la atención en los domicilios.
«El objetivo de Salut es que la persona crónica vuelva a casa. Sin embargo, es cierto que hay pacientes que no pueden volver al domicilio, ya sea porque requiere cuidado específico y no tiene cuidador o que desde el hospital se le está tramitando un recurso», apunta Serratusell.
Los centros de atención intermedia están enfocados a que el paciente crónico crítico o crónico agudo pueda ir recuperando su autonomía. Por eso se ha apostado por la rehabilitación o servicios de logopedia, entre otros. «En personas mayores, por ejemplo, es importante intervenir precozmente para prevenir complicaciones y dar el alta a tiempo», puntualiza la subdirectora. Así, matiza que el sistema de salud de España está proyectándose cada vez más a la estancia en casa, y evitar mucho más la residencia en centros hospitalarios de agudos.
5 comentarios
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ESCLARAMUNDAI si no te res i esta acollit a casa d'un germà fa anys ????. Qui ajuda a al germà ???? L'agencia Buitretaria s'enfot. Quina vergonya de país. Aixó si que es robar - per part de l'estat - a la gent.
Desde hace 20 años que se inició la creación de centros de media y larga estancia, ha habido este problema. Sanidad y sobre todo el ibsalut tendría que reconocer primero el buen trabajo de sus trabajadores / as sociales sanitarias, muy excluidas en equipos de cronicidad y otros. Todavía no he visto a la Consejera ni al Sr. Ureña reunirse con ellos/ ellas. Trababan en red y son los impulsores de la gestión de casos.
Buenas intenciones.....Nefastos resultados. Y la Agencia "Buitretaria" putea a las familias que tienen acogido a un familiar que perciba más de ocho mil euros al año. ( con 10.300 euros. brutos, ya no pueden desgravarse "res de res".) ¿Dónde están los políticos y las políticas que día a día salen por los medios de comunicación bravuconéando de que apoyan a dependientes discapacitados acogidos en domicilios familiares ???? . Poca vergüenza tienen. Mienten más hablan.
Cómo no van a estar todos los hospitales sobresaturados y las listas de espera eternas
El que passa és que quan una persona torna major i depenent si té familia i una casa en propietat ho té més que difícil per trobar plaça a una residència pública i si ho ha de fer a una privada suposa una quantitat enorme que moltes vegades ella no pot pagar i si ho fan els fills les suposa una despesa grosssa del seu sou. Per altra banda estan les famílies que amb picardia diuen que no les poden cuidar o que a casa viuen "ciento y la madre" i que no tenen condicions i aquests casos entren por la puerta grande. "Hecha la ley hecha la trampa" que sempre perjudica a la gent legal i amb sentiments.