Un huerto de naranjos en Sóller. | Ultima Hora -

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La producción y comercialización de naranjas de Baleares escapa a la crisis que vive el cítrico más consumido de España. El balance provisional de datos de la Cooperativa de Sant Bartomeu de Sóller describe una producción «similar» a la de temporadas pasadas y un precio de venta al consumidor «sin cambios significativos». La naranja de Mallorca se puede adquirir en la propia cooperativa, en tiendas y mercados por un precio que oscila entre 1.05 y 1.15 euros el kilo.

Comprar naranja de la Península cuesta ahora un 39,7 % más que hace un año, pero los productores no están ni mucho menos contentos. El importe sube a consecuencia de una grave caída de la producción derivada de la fuerte sequía. Con menos frutos en el árbol y una demanda similar a las temporadas anteriores, los importes, tanto de venta en origen como de venta al público, se disparan y aún así los agricultores difícilmente cubrirán gastos.

El Observatorio de Precios y Mercado ha destacado como características de la campaña 2023/2024 la exportación de la naranja de Egipto a mercados Europeos, debido al buen desarrollo de la campaña agrícola de este fruto en el país árabe. Allí ha habido una buena pluviometría. Sus plantaciones han tenido un buen rendimiento y han dado frutos de calidad. Los egipcios colocan su fruto en los mercados más azotados por la escasez, entre ellos España, y lo hacen a un precio competitivo.

Eso explica por qué hasta la fecha Baleares, que mantiene sus cifras habituales de producción, no registra un aumento de la demanda peninsular o de otros países de la eurozona. Sóller especialmente, pero también el resto de plantaciones de naranjos de Mallorca, escapan de momento a los graves efectos de la sequía. La pluviometría y la humedad del aire están jugando a su favor. «En Sóller han caído entre 150 y 180 litros en el mes de enero. Ha llovido dos veces, dos días seguidos. En el mismo periodo en el Pla de Mallorca han caído entre 80 y 100» dice Guillem Puigserver, ingeniero agrícola de la Cooperativa de Sóller.

«El problema de la naranja es que necesita mucha agua. Cuando empieza a hacer la flor y en el momento de cuajado del fruto, aquí ya es verano y el naranjo pasa mucha sed. Imagino que esto es lo que les está pasando ahora a los productores de la Península donde ha habido un verano muy seco con poco rocío y humedad que alimente a la tierra y a la planta», explica el técnico especialista en cítricos. «Nosotros en cambio, con el balance provisional de datos, tenemos cifras muy similares, en producción y en precio, a las de la temporada pasada», añade.

En otras palabras la pluviometría y la humedad del aire juegan a favor de la naranja local. Aunque el cítrico de origen nacional escasea en la Península, hasta la fecha la Cooperativa no ha notado un incremento de la demanda exportación de naranja de Mallorca. Además de en la propia cooperativa, su naranja se vende en los mercados y también en Alemania. Una de las ventajas de Baleares es el gran número de variedades de naranjos de que dispone. Eso permite comercializar el fruto prácticamente todo el año.

«Al final esto va de temporalidad. Ahora la naranja está en el árbol y es cuando está más barata», dice Guillem Puigserver. Las variedades Naver tienen un precio de entre 1.05 y 1.15 euros/kilo de venta al consumidor», explica el ingeniero. Además de la naranja, la Cooperativa de Sóller vende ‘frutas exóticas’ de producción local (kilómetro cero), concretamente kiwi, aguacate y pomelos.

A la comercialización de naranjas de la variedad Navalina, le seguirán la Navel Late, la Late Late y las valencianas (redondas y de apariencia perfecta) que ya se recogen por Pascua. «Empezamos a coger en noviembre y podemos llegar a alargar campaña hasta el verano entre limón, naranja y fruta exótica", cuenta Guillem Puigserver.