Imágenes de las actuaciones. | Pilar Pellicer

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La música puede ser una medicina natural para los enfermos. Así lo supo ver el catalán Abel Coll durante la pandemia, después de sacar al balcón de su casa un teclado y deleitar a sus vecinos, confinados y, algunos con COVID, con melodías. Tras este primer experimento, creó en Catalunya la asociación Pianos Vius que promueve la música en centros y espacios sanitarios, así como hospitales, a través de pianos que donan los particulares.

El Hospital Joan March es el segundo centro hospitalario de Baleares en recibir un piano, esta vez donado por Rosa Maria Grau. El primero fue el Hospital General, en el que desde hace un año se escucha por los pasillos un sonido cálido gracias a la Academia Renacimiento que les donó el instrumento.

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Amadeu Punset, representante farmacéutico, es uno de los socios de Pianos Vius y ayer fue uno de los encargados en inaugurar el instrumento en el Joan March. Tocó algunas piezas acompañado por la enfermera de la Unidad de Paliativos del Hospital General Marta García, quien cantó para los pacientes y familiares allí presentes.

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«Esta iniciativa ha conseguido acercar la música a colectivos que tienen complicaciones de salud. Para los que tocamos, es un placer poder formar parte de este proyecto y ver la sonrisa de la gente. Creo que la música da vida. Entra en nuestro interior y se relaciona con nuestras sentimientos y emociones. Para los enfermos, mejora sin duda su calidad de vida», subraya Amadeu, que vive entre Mallorca y Catalunya por trabajo y desde hace un año acude a menudo al Hospital General para tocar el piano.

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Desde que se puso en marcha Pianos Vius, la entidad ha recolectado cerca de una treintena de instrumentos, la mayoría para hospitales catalanes. El Hospital de Manacor ha sido el último en solicitar un piano para sus hospitalizados.

La enfermera Marta García, además de sanitaria, canta. Desde el año pasado, cada viernes saca su voz y ofrece un miniconcierto en el General. Le suele acompaña al piano Catalina Simonet, voluntaria del proyecto. La Asociación DIME colocó en dicho hospital un buzón de sugerencias para que los pacientes escriban las canciones que desean escuchar los viernes, a las 18.00 horas, a través de la voz de la enfermera Marta. «Tanto familias como pacientes están encantados con estos encuentros. En un momento en que hay tanto sufrimiento, esta actividad les conecta de nuevo con la vida, les da alegría y felicidad», destaca.