La empresa decidió deshacerse del empleado en agosto de 2020. Se justificaba en las quejas reiteradas por parte de clientes del establecimiento que llegaban a través de las redes, de mensajes enviados por whatsApp a los propietarios y por lo que relataban de viva voz a los propietarios. Incluso una parroquiana llegó a escribir una hoja de reclamaciones con las mismas quejas en torno a la actitud del trabajador.
La mayor parte de las quejas apuntaban a la misma dirección: el trabajador fumaba dentro del establecimiento, dedicado a la alimentación, se ausentaba durante algunos periodos y tardaba mucho en atender a los compradores. Las protestas coincidían en los meses duros de la pandemia y también afeaban a la empresa que el trabajador no usara mascarilla o que atendiera sin llevar guantes como protección.
La pega que pone el tribunal al despido está la proporcionalidad del mismo. Tanto el juzgado de lo Social como el TSJIB consideran que el contenido de las quejas, que dan por buenas, «merecerían ser consideradas individualmente como faltas leves». En ningún momento fueron sancionadas como tales sino que se aplicó un despido de forma directa sin haber sancionado de forma previa al trabajador.
La sentencia recuerda que, en materia de despido disciplinario se exige a los empresarios aplicar una graduación dado que es la máxima sanción posible para un empleado. «Tanto por su trascendencia como por su gravedad ha de responder a las exigencias de proporcionalidad y adecuación entre el hecho cometido y la sanción impuesta», añade. Con esa base, los comentarios de Google y otras redes sociales en contra del trabajador no reflejaban ningún comportamiento que fuera más allá de un incumplimiento leve. De esta forma, los clientes, aunque tengan siempre la razón, no bastan para ciertas decisiones.
12 comentarios
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Banyeta verdaCabe la posibilidad de que trabajara por temporadas (fijo discontinuo), a media jornada, que se le finiquitara al acabar la temporada...
¿Seguro que la culpa es de los políticos o es culpa de lo ignorante que somos? Por qué vaya tela el nivel de los comentarios... Vamos a ver... Claro que puedes despedir al trabajador. Pero siguiendo unas normas que son de acceso público: el Estatuto de los Trabajadores. El mal comportamiento de un empleado se sanciona mediante FALTAS de diversa gravedad. Las faltas están devididas en LEVES, GRAVES Y MUY GRAVES. Siendo la máxima sanción posible el despido disciplinario. El juez dice que los actos del trabajador no pueden ser sancionados DIRECTAMENTE con la máxima sanción, el despido. Sino que debía haber sido amonestado por su actitud, primero, mediante FALTAS LEVES. Después de una falta leve pueden ocurrir dos cosas: que el trabajador se de por enterado y pare en su actitud o continúe en ella. En caso de continuación será sancionado tantas veces sea necesario hasta llegar a la máxima sanción: el despido. La cagada del empresario es no haber emitido amonestaciones previas y proporcionales desde el MINUTO UNO para luego, si se da el caso de una acumulación de faltas entonces sí proceder al despido.
Per favor COMENÇAU JA a matar als polítics culpables. Déu ho vol.
Srs políticos estáis convirtiendo a nuestros empleados en ENEMIGOS,que estáis haciendo? Estáis dando armas para atacar a los que pagamos,todos los empresarios sabemos lo que vale un buen empleado,pero nio todos los empleados son buenos ni todos los empresarios son buenos,nunca habia visto tan malestar en ninguna empresa como HOY.
Buena justicia, tú
Solo por lo de fumar dentro del establecimiento de alimentación, tendría que justificar el despido (vale, previa advertencia por escrito)
Llevaba 20 años trabajando y la indemnización fue de 18.000€. Eso quiere decir que tras todos esos años trabajados su salario debía ser el mínimo (si es que llega). Y luego, seguro que la empresa espera del empleado una super motivación y entusiasmo a cambio de un salario de mierda.
No entiendo que la justicia se ponga siempre de lado del que evidentemente lo hace mal
Siempre a favor del que no lo merece en este pais. Lo único que se consigue en estos casos es que el que trabaja mal siga impune trabajando mal y el que trabaja bien se desmotive. Nos vamos a pique irremediablemente.
Las críticas en Internet son muy poco objetivas siempre con intereses detrás. Nunca me fío de ninguna opinión. Hoy en día las opiniones tienen CERO valor.