Antonio Cabot Fornés SA, Bongrup Baleares SL, Aftrans Internacional SL, Imasd Electric, LG Electronics y Estel Ingeniería y Obras han organizado este martes la Jornada ESIN 2030 sobre la Ingeniería del Futuro, en la que se han celebrado mesas redondas sobre la ingeniería y los ingenieros en 2030.
La mesa redonda sobre la ingeniería ha girado en torno a diversas cuestiones planteadas en encuestas en redes sociales y en la propia jornada. Concretamente, y tomando 2030 como referencia, se ha preguntado a los participantes sobre las tecnologías claves, qué tipo de proyectos tendrán un mayor impacto en la sostenibilidad medioambiental, en qué ambitos de la ingeniería debería haber más innovación y qué tipo de empresas serán más relevantes.
Los resultados han apuntado a la inteligencia artificial y la robótica como tecnología clave, el almacenamiento energético como proyecto de mayor impacto en la sostenibilidad ambiental, las energías renovables y la eficiencia como ámbito de ingeniería con mayor innovación y las start-up tecnológicas como empresas más relevantes.
En la mesa redonda han participado Martí Ribas, director general de Endesa en Balears; Marta Pons, gerente del Clúster de Transició Ecològica de les Illes Balears; Ingrid de la Fuente, directora general d'Indústria i de Polígons Industrials; Carlos Pérez, de Inge2life y Pablo Cebriá, de Todoesdata.
La cuestión energética ha centrado buena parte del debate de esta mesa redonda. El almacenamiento energético ha aparecido como necesidad ante unas energías renovables cuyas producciones pueden no coincidir con las puntas de demanda. En este sentido, Martí Ribas ha señalado que «la electrificación de la demanda es tan importante como el almacenamiento energético. Sin embargo, sólo el 25 % de la demanda de energía es eléctrica, mientras que el 75 % restante continúa consumiendo combustibles fósiles. Hay que electrificar ese 75 %».
Carlos Pérez e Ingrid de la Fuente han coincidido en que «la electrificación de toda la energía será muy difícil en 2030», y Pablo Cebriá ha seguido en esta misma línea al afirmar que «estamos lejos de un almacenamiento energético que pueda satisfacer la demanda, pero hay que seguir avanzando en las renovables y en la electrificación de esa demanda».
A través de la participación del público, ha surgido el debate sobre la ocupación del suelo por parte de la energía fotovoltaica y la necesidad de aprovechar en primer lugar las cubiertas, entre otros emplazamientos, de los polígonos industriales. Martí Ribas ha aportado los datos de que «en Baleares necesitamos 5.000 megavatios de energía renovable. En suelo tenemos 360 megavatios y en cubiertas no se llega a los 200. Así, estamos en el 10 % de lo que necesitamos. Solarizar todo Son Castelló y Can Valero sólo nos aportaría 73 megavatios. La ocupación de suelo por la fotovoltaica para llegar a esos 5.000 megavatios representaría el 0,7 % del territorio».
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