Una de las pegatinas pegadas en un cartel de una playa de la Isla. | R.L.

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El pasado verano, la agencia de comunicación mallorquina La Indis lanzó una interesante campaña para disuadir a los turistas de revelar en redes sociales la ubicación de playas, calas y otros rincones atractivos de Mallorca. Bajo el lema ‘Don't tag this beach, bitch!', que podría traducirse por ‘¡No etiquetes esta playa, perr@!', la campaña ofrecía a los usuarios la posibilidad de descargar gratuitamente los diseños con este eslogan en cualquier formato, para colocarlos en sus publicaciones.

Este año, La Indis sube la apuesta y ha llevado la campaña al terreno físico, al imprimir un millar de pegatinas con este lema y distribuirlas gratuitamente entre todos aquellos interesados en propagar el mensaje. «La idea surgió ante el éxito que tuvo la campaña en redes. La gente nos pedía algo tangible, para que llegara a más gente más allá de las pantallas» asegura Virginia Moll, directora de La Indis. «Puedes poner estos adhesivos en tu coche, en tu negocio o en cualquier parte. No seremos nosotras quienes recomendemos pegarlas en las mismas playas, pero cada persona puede decidir qué hacer con sus pegatinas. De momento, las hemos visto en zonas de costa como Son Serra o Cala Major», señala.

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«Cada fin de semana, dejamos un buen puñado de pegatinas en la puerta de nuestra oficina en calle Missió y los lunes ya no queda ninguna», incide Moll, quien invita a comercios, asociaciones y cualquier otro tipo de entidad interesada en distribuir los adhesivos en su local a ponerse en contacto con La Indis para que se las haga llegar. «Se han interesado varios negocios de diferentes puntos de la Isla, como la tienda Bonaire 15 de Binissalem, que ya las reparte», ejemplifica.

De momento, la agencia ha impreso una remesa de 1.000 pegatinas, de las cuales ya ha repartido aproximadamente la mitad, asumiendo los costes de impresión, sin siquiera poner su logo. «Lo hacemos por compromiso con la causa. Queremos promover un verdadero debate social sobre el problema de la masificación», subraya Moll.

«El otro día, un turista vio el diseño, nos preguntó, se lo explicamos y le pareció una iniciativa genial. Nos contaba que ellos son los primeros que se sienten estafados al llegar a Mallorca y ver que la postal idílica que se les vende no existe. La masificación nos afecta en primer lugar a los residentes al encarecer y empeorar nuestra calidad de vida, pero los turistas también salen perjudicados. Por eso, nuestra campaña busca hacerles partícipes de la búsqueda de soluciones para paliar este problema», incide.