Desde finales de enero no se trabaja en las obras. | Pere Bota

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La residencia sociosanitaria de Son Dureta fue el primer edificio del nuevo recinto en ponerse en marcha pero queda por ver si será el primero en estrenarse. Las obras llevan paralizadas desde finales de enero y eso que la infraestructura debía estar terminada a finales del año pasado.

El nuevo problema para una de las obras públicas de mayor envergadura que se están realizando en Baleares es que la empresa constructora Levantin, Ingeniería y Construcción S.L. (LIC) paralizó su actividad al presentar un preconcurso de acreedores, según explica la Conselleria de Afers Socials. Sin embargo, «el preconcurso no implica una paralización de las obras», especifica Alejandro Mora, gerente del consorcio de Recursos Sociosaniaris i Assistencials de les Illes Balears.

Los problemas empezaron en diciembre de 2023 cuando «la empresa constructora pidió prorrogar los plazos alegando robos de material pero no se le concedió», explica Mora. «Pedimos un informe de la dirección facultativa y exponían que no era vinculante, concluían que se retrasaba», insiste Mora.
Pararon de trabajar el 25 de enero de 2023 y desde entonces las obras de la nueva residencia sociosanitaria están paralizadas. La peor parte es la burocracia que se vuelve ahora necesaria para poder reactivarlas.

Afers Social ha solicitado la resolución del contrato por incumplimiento pero la empresa presentó alegaciones así que la petición se ha elevado al Consell Consultiu. En estos momentos esperan la resolución de inminente de este organismo y «al tener informe, resolveremos y volvemos a licitar».

La residencia debía de estar terminada el 29 de diciembre de 2023 pero todavía queda pendiente cerca del 40 % de las obras. La nueva previsión, si todo fuera según nuevos plazos, sería que el edificio estuviera listo para 2026, «pero es un procedimiento del que no se pueden dar datos ahora mismo». Alejandro Mora se aventura a señalar que la nueva licitación podría hacerse ya en el último trimestre de este año.

Mientras todo esto sucede, por la vía de emergencia, será necesario hacer actuaciones sobre la obra para evitar problemáticas en el futuro, como es terminar la cubierta. Todos este proceso, obviamente, conllevará un sobrecoste que no está calculado. A los retrasos, habrá que añadirle la inflación, por lo que será necesario un nuevo informe económico.

Proyecto

Las obras empezaron el 15 de marzo de 2022 y el coste previsto era de casi 10,4 millones de euros que se solicitaron a cargo de los fondos europeos Next Generation procedentes del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (MRR). La previsión era que este mismo año las 120 nuevas plazas residenciales se transfirieran al Consell de Mallorca para que se sumarán a la Red Pública de Atención a la Dependencia pero este revés lo hará del todo imposible. El edificio rectangular consta de tres plantas, una de ellas con acceso directo al bosque de Bellver.