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Unos 40 estudiantes, veinte tiendas de campaña y una causa: ayudar al pueblo palestino. La primera noche de protesta en la UIB sucedió con calma y este viernes por la mañana en la zona arbolada que separa los edificios Ramon Llull y Guillem Colom un grupo de jóvenes, la mayoría vestidos en chándal, continuaban la acampada contra el «genocidio» llevado a cabo por el gobierno de Benjamin Nethanyahu en la franja de Gaza y a favor del alto el fuego en el actual conflicto entre Israel y Palestina en octubre de 2023.

«Hemos estado muy cómodos durante esta noche», explicó a este periódico Joseba Peña, portavoz de UIBxPalestina, el colectivo organizador de la protesta. Peña añadió que «mucha gente nos ha prometido que vendrá a partir del lunes por que empezamos entre semana y están un poco agobiados al ser época de exámenes. Esperamos que el lunes tenga mucho más impacto. Creo que ha sido un punto de inflexión al estar en una ubicación estratégica y fácil de ver. Quien no se une es porque no quiere».

El portavoz de UIBxPalestina contó antes de una de las asambleas que se repetirán periódicamente que «otras organizaciones nos han traído comida y agua. También tenemos baños y contenedores. La verdad es que la UIB nos lo está poniendo bastante fácil. Estamos muy contentos en ese sentido. Todo va con buen pie».

Entre la cartelería se encontraban pancartas hechas a mano con lemas en inglés como ‘Desde el río hasta el mar Palestina será libre', o ‘Bombardear a niños no es defensa propia'. También se pudieron ver varias banderas palestinas, una comunista, así como una enseña a favor del acercamiento de los presos de ETA a cárceles del País Vasco.

No faltaron tampoco provisiones de una acampada que tiene visos de ser indefinida hasta que «se resuelva el conflicto ». Entre los alimentos, encontramos garrafas de agua, manzanas, naranjas, galletas y sandías. Y es que esta última fruta tiene historia ya que después de la Guerra de los Seis Días cuando en 1967 el Estado de Israel se hizo con el control de Gaza y Cisjordania, el gobierno de Evi Leshkol prohibió cualquier símbolo nacional palestino, entre ellos su bandera. Los palestinos tiraron de inventiva para burlar la censura y usaron sandías como icono de protesta ya que sus colores (rojo, verde, blanco y negro) son los mismos que la enseña proscrita. Su poder visual ha resistido más de medio siglo como símbolo de insurgencia en Gaza.

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Un estudiante

Lluís Hernández es uno de los alumnos que participan en la concentración de protesta. Este estudiante de Filología Hispánica defiende que «la Universitat debe terminar las relaciones empresariales que mantiene actualmente con el Estado de Israel a través de empresas, bancos u otras instituciones».

Hernández, que cuenta también con formación en Periodismo, sentenció que «en Gaza está ocurriendo un genocidio en el que se asesinan a niños y adultos. Todo el mundo lo está viendo. No tenemos que ser neutrales frente a esta situación. Los gobiernos de Europa deben frenar lo antes posible esta burrada, este desastre».

Institutos

Las Asambleas de docentes de los institutos IES Ramon Llull e IES Joan Alcover realizaron este viernes mediodía en la plaza del Tubo un acto de solidaridad con la acampada de la UIB a favor de Palestina con la lectura de un manifesto.