«Las conclusiones del informe han sido claras. Tras llevar a cabo el barrido electrónico no se detectaron elementos de grabación, cierto. Ahora bien, sí se detectaron indicios de que con anterioridad podrían haber existido dichos elementos», ha declarado el conseller en la comparecencia parlamentaria solicitada por Més per Mallorca.
Los grupos de la izquierda han planteado diferentes preguntas al conseller, pidiéndole que especificara de dónde procedía la recomendación de hacer el barrido y qué sospechas concretas tenían acerca de un posible «espionaje».
En su segunda intervención el conseller se ha limitado a repetir las ideas de su parlamento inicial, insistiendo en que el objetivo del contrato era garantizar la confidencialidad en la Conselleria por lo delicado de los temas que se tratan en sus salas, y que se hizo «a través de una empresa de reconocido prestigio» regulada por la Ley de Seguridad Privada.
Los diputados de MÉS y el PSIB, Ferran Rosa y Ares Fernández, han expresado su queja por la falta de respuesta en la comisión y porque el Govern no les ha entregado documentación solicitada a través del Parlament. «Quizás alguien dentro del Govern se ha dado cuenta de que esto, en lugar de una novela de Agatha Christie o 'House of Cards', se ha convertido en un episodio de un tebeo de Mortadelo y Filemón. Que es lo que, si no damos explicaciones, parece», ha lanzado el socialista.
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