No es fácil saber qué pasa -y menos tomar la fotografía de ese momento cómo definitiva- en un lugar cuando nada está en su sitio y va cambiando a cada momento. Y con esa prevención -y destacando la importancia que tienen las encuestas- hay que afrontar el año transcurrido desde que el PP se impuso en las elecciones autonómicas de hace un año y la mayoría parlamentaria, surgida de aquellas, que llevó a Marga Prohens a la Presidencia del Gobierno desalojando a la izquierda.
No hay que olvidar algunas de las causas que llevaron al PP a ser el partido más votado en mayo de 2023. No hay que dejar de lado el hundimiento de Ciudadanos, ni la debacle de Podemos -que dejó a la izquierda sin opciones- ni, tampoco, que Vox se llevó, posiblemente, votos de los sectores más ‘radicalizados' de CS y PP. Los votos que perdió el PP los compensó con los que pudo lograr del sector ‘moderado' del fenecido partido naranja. Una jugada al estilo ‘sanchiano' llevó al presidente del Gobierno a convocar elecciones generales para un mes después. En julio se frenó lo que parecía una derrota anunciada del PSOE y la llegada al Gobierno estatal de Feijóo con el apoyo de Vox. Desde entonces, con negociación de una amnistía incluida, todo ha sido campaña electoral. Por un lado, ojo que viene la extrema derecha. Por otro, ojo que vamos a una dictadura socialcomunista.
Este ha sido un año de pruebas y rodaje para todos los gobiernos, también el de Balears. Todavía queda esperar a la lectura estatal de las europeas del 9 de junio para ver la fotografía política definitiva. Y así y todo, no es posible asegurar al cien por cien que todavía lleguen más elecciones, ya sea unas generales o alguna autonómica. En un año más o menos normal -y así el resultado de las autonómicas se hubiera repetido en las generales- el grupo parlamentario socialista sería una jaula de grillos, la mitad habría dejado el escaño y el partido vivido una ‘noche de cuchillos largos' buscando un relevo a Francina Armengol (fotografía circular), que habría desaparecido del mapa.
Y no ha sido así: sigue siendo la más conocida y su proyección política es mayor. El ‘prohenismo' no ha enterrado el ‘armengolismo' y la inteligente propuesta de la presidenta balear de coger la bandera contra la saturación, huyendo de discursos del pasado sobre turismo, puede deparar sorpresas y compensar los sapos que se traga por su pacto con Vox. Los líos de este grupo se reflejan en el Govern. ¿Y si Prohens se arriesgara y convocara elecciones para romper con Vox?
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Cada uno hace el análisis que quiere, Veo una IZQUIERDA que tardará UNA DÉCADA en volver a mandar algo en España Veo un PP que aguanta muy bien, gracias a la sectaria oposición del PSIB y a PESAR del CATALANISMO ACTUAL DE ESTE PP, pero esto último se esta cociendo lentamente a ritmo CHUP, CHUP, y cuando el votante se perciba que el MALLORQUÍN continúa arrinconado con la ayuda de este PP, mucho voto se ira a VOX que si prometió defenderlo.