El rector de la Universitat, Jaume Carot, frente a algunos de los representantes de la acampada por Palestina. | M. À. Cañellas - miquel angel canellas serra

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Con motivo de la acampada por Palestina en el campus de la UIB, las relaciones entre los jóvenes que protagonizan esta iniciativa y el rector, Jaume Carot, se han cargado de tensión este lunes.

El Consell de Govern de la UIB se ha reunido de manera extraordinaria en el edificio de Cas Jai con el fin de tratar medidas para reclamar la paz y los derechos humanos en Palestina, atendiendo de este modo reivindicaciones de los acampados. Algunos de ellos se concentraron en Cas Jai y pudieron hablar con el rector antes de la reunión.

El Consell de Govern de la UIB concluyó con un comunicado aprobado por unanimidad en el que se pide, entre otras cuestiones, que «Israel acate el mandato de cesar la ofensiva militar inmediatamente, mantener abierto el paso de Rafah para que pueda acceder la ayuda humanitaria y tomar medidas efectivas para que comisiones de Naciones Unidas puedan llegar a Gaza para investigar las denuncias por genocidio».

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Al final de la reunión, una delegación de la acampada estuvo presente cuando Jaume Carot se dirigió a los medios de comunicación para explicar el contenido del comunicado. El rector señaló que «la agresión sufrida por los acampados es objeto de una investigación interna» y recordó que «he invitado tres veces a UIB x Palestina a reunirse conmigo y no han venido», reiterándoles una nueva invitación para este miércoles.

Carot lamentó que se haya dicho de él que «es un mentiroso» y haber visto una pancarta que decía que «la UIB es cómplice de genocidio». La delegación de los acampados acusó al rector de «infantilizarles» y de «no acudir a ninguna asamblea de la acampada, cuando ya llevamos once días».

La respuesta del rector fue que «nos tratáis como enemigos, cuando la UIB ha emitido comunicados sobre la situación en Palestina antes de que empezárais la acampada».

Tras este tenso encuentro, los representantes de la acampada reiteraron que «el rector hace caso omiso de nuestras reivindicaciones. En la UIB viven en una nube, contentos en su equidistancia. La UIB puede presionar, como el resto de universidades, pero escurre el bulto. El rector no se ha reunido con la asamblea y no quiere hacerlo. Frente a un espacio de debate, crítico y de igualdad, quiere vendernos humo en un despacho».