Los jesuitas llegaron a Mallorca al fundar el colegio Montesión de Palma, en la imagen. Se creó cinco años después del fallecimiento de Ignacio de Loyola, el fundador de la Compañía de Jesús, que desde entonces está presente en la Isla. | Jaume Morey

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Los jesuitas de la comunidad del colegio Nuestra Señora de Montesión de Palma, fundada en 1561, hace cinco siglos, abandonan Mallorca para siempre. El Padre Provincial, Enric Puiggròs, comunicó al obispo de la diócesis, Sebastià Taltavull, el cierre de dicha comunidad a lo largo de los meses de verano y su traslado a otras casas que la Compañía de Jesús tiene en el resto de España.

El principal motivo de esta decisión, según explican en una carta, es la necesidad de cuidar mejor a los jesuitas, que ya tienen una avanzada edad y, en varios casos, con precario estado de salud. De hecho, son los curas iñiguistas con más edad de toda España, por lo que serán atendidos en las enfermerías, que son las comunidades que la Compañía tiene habilitadas para el cuidado de los jesuitas mayores.
La presencia de la Compañía de Jesús en Mallorca quedará asegurada a través de un equipo de laicos «muy comprometido» y «alineado» con la misión de la Compañía, que serán apoyados por jesuitas de la Plataforma Apostólica Mediterránea.

La Compañía de Jesús considera que tras varios años y no habiendo posibilidad de destinar a jesuitas más jóvenes a reforzar la comunidad de Montesión, «es inaplazable el tomar esta decisión por el cuidado de sus compañeros». Este cierre, según explican, se enmarca también dentro del proceso de reestructuración de presencias en el país que la Compañía inició en 2014, momento en que integró sus cinco provincias en una: la Provincia de España.

Mensaje de optimismo

El delegado de la Plataforma Apostólica Ebro, Abel Toraño, asegura en una carta dirigida a la comunidad educativa del colegio Montesión que «aunque la comunidad no sigua viviendo en la isla, quisiéramos dejar claro que la Compañía de Jesús no abandona su misión aquí, sino que seguirá comprometida y trabajando en red para llevar adelante su proyecto apostólico en Palma».

Desde hace años la atención pastoral a las instituciones, especialmente en el colegio de Montesión, se está llevando a cabo por un equipo de laicos. «Comprendiendo la tristeza que esta noticia despierta no solo en los jesuitas que han pasado largos años y consagrado su vida y misión aquí, sino también en quienes han confiado y apoyado siempre dicha misión y en la propia sociedad mallorquina, es momento también de agradecer la larga presencia de los religiosos», reza el comunicado.