Esta semana se anunció que los jesuitas de la comunidad del colegio Nuestra Señora de Montesión de Palma, fundada en 1561, abandonan Mallorca. | Alejandro Sepúlveda

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El padre Abel Toraño, delegado de la Plataforma Mediterránea de la Compañía de Jesús, ha respondido a la carta abierta, de 32 páginas, firmada por el presidente de los Antiguos Alumnos de Montesión, César García. «Se hace inevitable tomar decisiones dolorosas en el momento histórico que estamos viviendo en la iglesia», ha dicho, al tiempo que ha aseverado que «parece que hay colectivos que no quieren darse por enterados y hacen juicios sumarísimos de cómo se está comportando la Compañía», cuando «lo que hay son, una tras otra, falacias en sus argumentaciones, descalificaciones y cierto descaro humano que no se puede tolerar».

Abel Toraño habló en El mirall de l’esglèsia, el programa de actualidad diocesana de la cadena Cope, después de que esta semana se anunciara que los jesuitas de la comunidad del colegio Nuestra Señora de Montesión de Palma, fundada en 1561, abandonan Mallorca. «La Compañía quiere garantizar la misión, garantizar la conservación del patrimonio e incluso mejorarlo, con todo lo que eso supone, quiere garantizar la continuidad cultura, religiosa y misional que hay en la Isla», dijo en el programa, en el que resaltó que «esto supone que el culto a San Alonso Rodríguez, que los jesuitas somos los primeros que lo cuidamos, quedará garantizado».

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Sin embargo, se hace eco «de varias comunicaciones que se abonan a la descalificación, al insulto e, incluso, se atreven a juzgar severamente las intenciones de la Compañía de Jesús llamándonos oscurantistas, especuladores o mentirosos», lo que considera que «no es de recibo».

Aun así, reconoce que le «cuesta creer» que «todos los antiguos alumnos de Palma piensen en este sentido como piensa su actual presidente», sobre el que considera que tiene un «tono exagerado e irrespetuoso en su comunicaciones» porque conozco antiguos alumnos, no solo jesuitas, que sé que discrepan». Aun así, reconoció que «sé que duele la decisión, a mí es al primero que me duele y a mis compañeros también».

Sobre las obras de la iglesia de Montesión, Toraño dijo que «seguirá siendo iglesia y el culto será el que se pueda tener de acuerdo a la posibilidades ministeriales que tenemos en la Compañía y la Iglesia». Sin embargo, se pregunta si quienes los critican «saben las situación de los seminarios en los últimos años o vivimos en una burbuja en la que lo único que hacemos es quejarnos».