Imagen de los hechos acecidos en el vuelo Palma-Fez.

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El vuelo que unió en la tarde de este martes los aeropuertos de Palma y la ciudad marroquí de Fez se hizo eterno. Más allá del retraso acumulado por la fuerte tormenta que sacudió Mallorca y que obligó a detetener las operaciones en el aeródromo de Son Sant Joan, un incidente a bordo de la aeronave que operaba el vuelo regular de Ryanair hizo más tensa la espera.

Y es que, según refieren varios testigos, la tensión creció a bordo a raíz de un supuesto caso de discriminación burocrática con una pasajera, lo que calentó los ánimos entre los pasajeros, cundiendo el nerviosismo por parte de un sector del pasaje, que reclamaba abandonar el avión en señal de protesta.

Una petición que no secundó el resto de los pasajeros, pese a los intensos momentos que se vivieron dentro del aparato, donde la larga espera pasó factura, especialmente a niños pequeños de bebés que ocupaban sus asientos en un vuelo que acabó despegando desde Son Sant Joan, una vez pasada la tormenta y despejado el tráfico aéreo.

Y lo hizo con dos horas y media de retraso, pues el vuelo FR9395 de Ryanair debía despegar a las 14:05 horas de este martes y acabó haciéndolo a las 16:35 horas, para después de dos horas tomar tierra en Fez-Saïss a las 17:27, hora local, después de 113 minutos de trayecto.