Mateu Salom, responsable del bar Ca S'Arrose de Es Pil·larí. | F.F.

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Es Pil·larí fue la 'zona cero' de la tormenta que se cebó especialmente con el Pla de Sant Jordi, la Playa de Palma y el aeropuerto de Son Sant Joan. Una zona inundable en la que la alarma cundió por momentos por el importante caudal de agua que cayó en apenas unos minutos. En el caso de la barriada palmesana, se registraron hasta 72 litros por metro cuadrado en apenas dos horas que generaron enormes acumulaciones de agua en varias zonas.

Mateu Salom, propietario del popular bar Ca s'Arrose, uno de los principales puntos de encuentro de Es Pil·larí, fue uno de los afectados por las altas cantidades de agua que causaron leves años en algunos domicilios. «Por fortuna, no pasó nada más allá de tres palmos de agua, la tapa no aguantó más y aquello saltó. Y, justamente, habiendo dejado abierta la puerta de la terraza», recordaba el empresario que, pese a mantener la calma en todo momento, no pudo pensar en lo que pudo llegar a ser.

«Me acordé mucho de lo que pasó en Sant Llorenç...», asegura con gesto serio y en referencia a la fuerte riada que asoló la población del Llevant años atrás. «Fueron diez minutos fuertes, era agua limpia, pero muchísima cantidad y en ese momento, no piensa que puede pasar realmente, aunque lo importante aquí es que no hubo que lamentar nada más allá de algunos desperfectos y agua acumulada», relata.

A la vez, este vecino de Es Pil·larí recuerda a las autoridades que conviene actuar ya ante estos fenómenos y las consecuencias que algún día podrían tener. "O se hace un plan o cualquier día bajará agua de Xorrigo y tendremos un problema...", advierte Salom.

Guillem Sastre, propietario de Talleres San Francisco. Foto: F.F.

No muy lejos del núcleo se encuentra Talleres San Francisco. Guillem Sastre es su propietario y la tormenta le cogió en plena faena. «El agua va hacia el mar, pero la autopista hace de muro y por eso se suele acumula», explica, a la vez que señala una zona que siempre se inunda cuando llueve sobremanera, «porque por aquí pasaba el tren hacia Santanyí, y se tuvieron que hacer vías para que el agua pudiera seguir su cauce», recuerda.

De la tarde del martes asegura que «llovió demasiado», viniéndole a la cabeza "el 'cap de fibló' de 2007. "Habré visto llover así dos o tres veces en la vida, pero mis padres y abuelos han visto todo esto inundado, porque es una zona en muchas partes por debajo del nivel del mar, pero lo de ayer -martes- no fue normal y creo que hay que tomar medidas antes de que tengamos que lamentar algo más que un campo lleno de agua", aseguraba Sastre.