De nuevo en Mallorca, aprovechó el confinamiento para seguir entrenando duro. Y lo hizo «hasta que ocurrió algo que no suele ocurrir habitualmente en nuestro mundo, que desde el Teatro Mikhailovsky de San Petersburgo me llamaran tras haber hecho una audición, después de enviar mi currículum con vídeos y fotos mostrando mi trabajo de barra y centro, puntas y repertorio de ballet… Pues que a los pocos días, cuando recibí el email, flipé. Me habían aceptado. No puedo expresar con palabras lo que sentí en aquel momento, pero fue muy grande. Naturalmente, no me lo pensé, hice las maletas y me fui a San Petersburgo, donde sigo muy a gusto y mucho más ahora que mi hermana también ha sido admitida».
Hemos llamado a Aina a San Petersburgo por dos razones: por ser una mallorquina que es bailarina de uno de los ballets más importantes del mundo, el Mikhailovsky, de dicha ciudad, y porque junto a su hermana está entusiasmada con poder volver a Mallorca esta vez como bailarina profesional, el próximo mes de agosto, con cinco bailarines mallorquines salidos del Conservatorio de Música y Danza de Mallorca, y bailar en un escenario soñado por ellos: el patio del Castell de Bellver y ante un público que llevan en el alma por ser y vivir en la tierra dónde ellos nacieron.
-Es más o menos así ¿no?
-Más o menos. A mi me hace mucha ilusión porque habiéndome formado como bailarina en Palma, nunca he bailado en la Isla. Es más, mis padres no me han visto bailar todavía desde que me fui a San Petersburgo, primero, porque nunca he bailado como bailarina profesional en Mallorca, y porque dada la situación en la que se encuentra Rusia, mis padres no han podido viajar hasta allí. Pero al final todo se ha solucionado…
-Tenemos entendido que la primera vez que se ofreció la posibilidad de que cinco bailarines de ballet, reconocidos en medio mundo se reunieran en Mallorca para bailar, pese a que esa idea les pareció bien a todos los que se la presentasteis, se quedó ahí, sin una respuesta… Hasta que apareció Rafel Brunet a quien sí le interesó…
-Lo más importante es que al final vamos a reunirnos en Palma cinco bailarines nacidos y criados en la Isla, alumnos del Conservatorio de Música y Danza de Mallorca, en la actualidad componentes de ballets europeos reconocidos en muchos lugares del mundo. Y no solo nos vamos a reunir, sino que vamos a bailar. Eso es lo que cuenta.
-¿Esa noche vais a bailar con orquesta o con música grabada de antemano?
-Como todo lo de ese día lo están llevando mi hermana y una de nuestras nuestras profesoras, Natalia Dorado, no sé cómo será. Desde luego, hacerlo con música en directo requiere una serie de preparativos y no sé si dará tiempo a llevarlos a cabo… Lo suyo sería hacerlo con la Sinfónica, pero si no se puede, lo vamos a hacer igual de bien.
-Dejando el tema de la noche del próximo 20 de agosto, volvamos a lo personal. Cuando llegas al punto en el que estás y echas la vista atrás, viendo lo que has hecho para llegar hasta ahí ¿qué piensas?
-En principio, una no cree que lo va a conseguir, pero una vez que llegas, tienes la sensación de que siempre habías imaginado que ibas a lograrlo.
-¿Qué cosas son las más importantes para lograr llegar hasta donde tú?
-En primer lugar, la cabeza, la determinación mental, y en segundo, la determinación interna de que vas a conseguir lo que te has propuesto. Y por supuesto, mucha disciplina, que es básica para llegar hasta lo que te propones. Y ser consciente de que no lo logras en un día, si no a través del trabajo, esfuerzo y sacrificio de muchos años. Porque lo nuestro, desde que comienzas hasta que eres profesional no se puede medir con el tiempo, como tampoco lo fundamental es lo físico, sino que es lo físico y lo mental. Primero, estudias, te formas, luego pasas a ser profesional, lo cual requiere mucho tiempo y a la vez mismo saber demostrar sobre un escenario todo lo que has aprendido, con la particularidad que como profesional no te puedes equivocar nunca. No hay lugar al error.
-Nos ha llamado la atención los movimientos y figuras que hacéis, hasta donde sois capaces que el cuerpo os obedezca….
-Eso es producto de esfuerzo, del aprendizaje y el ensayo diario. De repetir y repetir hasta que consideres que lo que haces está bien.
-¿Qué tal Nacho Duato?
-Él es el director artístico del Teatro Mikhailovsky, de San Petersburgo , que además de gran profesional, es mejor persona, del que destacaría su sensibilidad, en el sentido de que dice lo que siente, lo cual es de admirar. A mi me dice lo que cree, cosa que le agradezco.
-¿Hablas ruso?
-Lo entiendo casi todo, pero hablarlo no tanto, aunque mejoro adecuadamente. Pero, a decir verdad, si el idioma es importante para hablar entre nosotros, en el ballet no lo necesito, ya que en el ballet no hacen falta las palabras, puesto que tiene su lenguaje propio, que es el de los movimientos.
-Por último ¿Qué le dirías a quién quiera dedicarse a lo que tú?
-Que se entregue desde el primer momento, cuanto antes, mejor, de niño, a ser posible… Le diría que entienda que no es fácil, que requiere muchos sacrificios. Que se mentalice desde el primer momento en plantearse objetivos para ir alcanzándolos, que cuando termine su preparación en una escuela de ballet que se mentalice también en que lo difícil empieza ahora, pues ha de seguir como hemos hecho muchos, por nuestra cuenta, mejorando nuestro aprendizaje en otras Escuelas Superiores, lo cual obligará a viajar. Todo ello exigirá equivocarte cada vez menos hasta no equivocarte ni cometer errores, lo que obligará a trabajar constantemente. Esta es una profesión muy bella, pero al mismo tiempo difícil, ya que requiere una disciplina total. Mientras tanto, debes de seguir avanzando, convenciendo con lo que haces a quiénes te tengan que contratar ¿Qué no lo consigues la primera vez? Inténtalo una segunda… Inténtalo las veces que sean necesarias. De verdad, es una profesión maravillosa, pero el camino no es fácil. Cualquier movimiento que hagas exige un esfuerzo y muchas repeticiones hasta que lo consigues.
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El dia que Europa entengui que s'ha de dur bé amb Rússia i Xina , i deixar a la CIA, el món serà un lloc millor