Gabriel Le Senne cumplirá un año como presidente del Parlament Balear el próximo 20 de junio.

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¿Qué le ocurre a Le Senne? Muchos se preguntan si, tras el último y controvertido período protagonizado por el presidente del Parlament de les Illes Balears, se esconde alguna razón que explique el porqué de convertirse en el eje principal de una polémica que, sin duda, afecta directamente al ejecutivo balear, basado, desde hace justo doce meses, en un acuerdo programático entre el PP y Vox.

La reacción airada del presidente del hemiciclo balear, durante la tarde del martes, provocó un absoluto terremoto informativo, colocando a Gabriel Le Senne (diputado por Vox) en el ojo del huracán; aunque durante las últimas semanas, es un lugar que no ha abandonado del todo.

En un momento en el que el tándem PP-Vox no parece vivir en la mayor de las armonías, Le Senne, presidente del Parlament de les Illes Balears desde el pasado 20 de junio de 2023, se ha convertido en uno de los elementos discordantes. Un año atrás, otorgarle la presidencia de una institución tan solemne y significativa en el Govern Balear, fue la manera en la que el PP recompensaba a Vox por sus resultados electorales y se aseguraba un pacto sólido; hoy esa misma decisión desestabiliza los cimientos del acuerdo y ofrece munición a la oposición para debilitar el ejecutivo actual.

El PP está molesto con la situación, lo estaba ya antes del inesperado y polémico gesto de Le Senne en esta sesión de toma en consideración de la derogación de la Ley de Memoria Democrática; y trató de hacérselo saber a través de su portavoz, Sebastià Sagreras (PP): «No puede manejar el Parlament como si fuera su cortijo», dijo, tildando además a Le Senne como «principiante». Este roce, ocurrido tan sólo cinco días antes del debate sobre la Memoria, ya colocaba a Le Senne en la mirilla de sus socios de gobierno; preocupados por las reacciones del diputado de la formación de ultraderecha en su cargo como presidente del Parlament de les Illes Balears.

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Socios del gobierno

El cruce de acusaciones entre los socios de gobierno fue provocado por una bandera. La del colectivo LGTBIQ+. Al PP no le gustó como reaccionó Le Senne ante el anuncio de la puesta de la bandera en la fachada de la institución, prevista para el próximo 28 de junio: «El presidente del Parlament es representante de todos los ciudadanos y también es representante del colectivo LGTBI», afirmaron los populares.

Le Senne, en rueda de prensa extraordinaria, llamó traidores a sus cómplices de gobierno y atacó a Mauricio Rovira (PP), vicepresidente primero de la Mesa por cambiar de opinión y votar a favor del ondeo de la bandera sobre la fachada.

Fueron los días de tensión previos al estallido de Gabriel Le Senne en la sesión por la Ley de Memoria, que ya, en abril de este mismo año, había supuesto un punto clave en el aumento de presión por parte de Vox al PP. Para la formación ultraderechista, derogar la ley es inapelable ya que supuso el intercambio por la abstención que permitió a Marga Prohens gobernar en Baleares.

El debate de este martes no empezaba entre algodones. Lo dejó claro Manuela Cañadas, portavoz de Vox, en la misma sesión en la que se produjo el terremoto, poco antes del enfrentamiento por las fotos de las represaliadas por el franquismo. Cañadas reprochó a Prohens las críticas vertidas sobre Le Senne por parte del PP: «Es una falta de respeto y una descarada manera de ocultar los problemas reales de los ciudadanos de Baleares», apostilló.

Y no eran las únicas. Ya a principios de junio, Le Senne recibía otro aluvión de críticas, esta vez por parte del bloque opuesto, por organizar un auto el mismo día que el ejecutivo central aprobaba la también controvertida Ley de la Amnistía. La oposición le acusó de utilizar los recursos públicos en apoyo a su propia ideología y de no ejercer sus funciones de forma «neutral», la misma palabra que utilizaba el propio Le Senne para pedir a Garrido y a Costa que quitaran las fotografías de las víctimas del fascismo durante el debate de la proposición de Vox.

A pesar de que cuenta con defensores fervientes, además de sus detractores, no es el mejor momento político para Le Senne tras el incidente de este martes; aunque su visión sobre la situación del Parlament es radicalmente distinta. Para él, ajeno a la futura vorágine que se le vendría encima, «el Parlamento funciona mejor que nunca», según indicó en una entrevista publicada el pasado 12 de junio, donde recalcaba que el hemiciclo que preside es una institución «fundamental».

Ahora habrá que ver si la presión política, social y mediática desatada tras rasgar las fotografías de las 'Roges del Molinar' y expulsar a las dos diputadas socialistas; incide en su percepción. En el próximo pleno, este mismo jueves, todos los ojos estarán puestos sobre Gabriel Le Senne.